Se notó la diferencia de categoría y de momento que atraviesan ambos tenistas. El francés Jo-Wilfried Tsonga estuvo muy lejos de ese jugador errático y dubitativo que se presentó el viernes en el Parque Roca frente a Carlos Berlocq. El que salió a la cancha esta mañana ante Juan Mónaco fue el verdadero top ten. El que le pega con furia y precisión, y hasta tira sutilezas.
La raqueta número uno del elenco galo derrotó al tandilense con parciales de 6-3, 6-3 y 6-0 y emparejó la serie de cuartos de final de la Copa Davis. Tsonga se mostró suelto desde el inicio del encuentro y hasta más afianzado a la superficie. Sacudió de derecha cada vez que tuvo la chance y tampoco falló demasiado con el revés. Y en la red estuvo intratable.
Por todo esto, Pico poco pudo hacer. Luchó con el corazón en la mano, corrió como siempre y llevó su plan de juego hasta donde pudo. Desde el comienzo buscó el revés del europeo, pero este respondió sin problemas y fue tomando una confianza que jamás dejó de crecer. No tuvo baches y, más allá de que entregó chances de quiebre, siempre fue el dueño del partido.
La velocidad de pelota de Mónaco jamás fue un inconveniente para Tsonga, quien sí lastimó cada vez que se lo propuso y salió de situaciones complicadas con el saque. En el último set, Pico ya estaba sin confianza, mientras que su rival bailaba y golpeaba como Muhammad Ali.
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