No pudo ser para Ormaechea, quien se terminó quedando sin resto y fue desbordada por los impactos de la excéntrica norteamericana, 67ª del mundo y que venía de sacar a la china Na Li, sexta favorita y excampeona en París.
La historia no había comenzado del todo bien para la argentina, pero tuvo poder de reacción. Perdió los primeros ocho puntos del partido y poco después se vio 3-0 abajo. No era lo esperado por ella. Sin embargo, Mattek-Sands empezó a caer en errores no forzados, Paula afinó la puntería y todo se dio vuelta. En un abrir y cerrar de ojos, 4-3 arriba.
Ormaechea, actual 118ª pero que será top 100 por primera vez en su carrera en el próximo listado, dominaba con contundencia a través de su revés. Y en 36 minutos lograba una pequeña diferencia en el match: 6-4. Y a seguir soñando.
Sin embargo, todo se empezó a derrumbar rápidamente. En el momento de presionar al máximo, se le escapó el control del duelo. Apenas ganó dos puntos -uno con el saque y otro con la devolución- de los siguientes cinco games. Quedó 5-0 abajo, con sabor a sentencia. Mattek-Sands no dudó y cerró el set para un definitivo tercero.
Ahí, punto de inflexión. El primer game fue eterno, con ventajas para ambas con el saque de la argentina. Y quedó en manos de la estadounidense, ya totalmente suelta y con golpes dominantes.
El nivel de Paula aumentó un poco con relación a los games anteriores, pero no le alcanzó. El cansancio físico (venía de la clasificación y de ganar el ITF de Saint Gaudens) le empezó a pasar factura. No pudo ser, pero, pese a cerrar el match con dos doble falta, se fue con la frente en alto.
Ahora Mattek-Sands, por primera vez en octavos de final en París, se medirá ante la ganadora de en la rusa Maria Kirilenko (12ª favorita) y la suiza Stefanie Voegele.
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