14.12.09
Gaston Gaudio: "Quiero retirarme sabiendo que di todo"
Después de haber llegado a la cúspide al ganar Roland Garros y de ser N°5 del mundo, Gaudio apunta a volver al gran ruedo para irse por la puerta grande.
Cinco años y medio después de tocar el cielo con aquel triunfo sobre el polvo de ladrillo de Roland Garros, Gastón Gaudio está abocado a un reto personal, el último de su carrera. El Gato viene de completar una temporada en la que jugó bastante por el circuito de Challengers, con un título en Túnez y una final en la Copa Petrobras de Buenos Aires; lejos de las grandes citas, pero con lo necesario para volver a ellas, recorriendo el camino bien desde el principio. Quiere volver al gran nivel, y por eso la lucha. Casi ni se tomó vacaciones, pues jugó su último encuentro oficial el 17 de noviembre pasado, en Lima. "Estaba con la cabeza en otra cosa, no podía desenchufarme, no pude ir a ningún lado y no me relajé. Me tocó un mes complicado y me tuve que quedar. Pero tampoco quiero quejarme porque tengo ganas de jugar, y mientras tenga esas ganas y pueda hacer una buena pretemporada para empezar el año lo mejor posible, estaré bien", cuenta antes de enfrentarse con David Nalbandian en la final de la Copa San Juan Minero, que se jugó en el estadio Aldo Cantoni de esta ciudad.
–¿Qué balance de año hacés?
–La verdad es que me habría gustado terminar el año mucho mejor. Pero con todas las cosas que me pasaron, creo que no fue tan malo. No sé si hablar de mala suerte, pero en un año me agarraron tres o cuatro cosas que en diez años nunca me habían tocado. Entonces, paraba dos meses, volvía a jugar, cuando empezaba a mejorar otra vez me lesionaba… y se hizo difícil. No tanto con el tenis y sí con la cabeza, porque era imposible poner tanta garra en los torneos chicos para después tener que empezar de nuevo. Lo que rescato es que no estoy tan lejos de meterme entre los cien primeros, que es lo que quiero, así que si tengo un poco de suerte y me va bien al principio de año, voy a cumplir el objetivo que quiero.
–Y más allá de las lesiones, ¿qué sensaciones te dejó tu tenis?
–Nunca me sentí en el nivel que pretendo. Pero creo también que, cuando empezás a jugar los torneos más grandes y te vas metiendo ahí, ya es como que el cuerpo y la cabeza se acostumbran a ese nivel, pero si yo me quedo siempre en los Challengers o en el nivel que tengo ahora, es como que nunca doy el paso y el tenis no llega. Una cosa lleva a la otra. Tendría que meterme para empezar a sentirme con más confianza y jugar más fuerte.
–¿Pero tenés claro el panorama sobre lo que querés hacer?
–Sí. No es que me puse límites. Es un desafío lo que me planteo, no es algo que pase por el tiempo, sino que es una meta. Después de un año sin jugar, y en este con todo lo que me pasó, lo que me dio bronca es no poder volver a estar bien; es un desafío personal, el tiempo no importa, es cuestión de ver cuándo llega. Me queda este desafío de estar jugando otra vez torneos grandes y tratar de estar otra vez en buen nivel, si se quiere, en el top 50. Es un objetivo que no consiguieron muchos cuando volvieron a jugar y yo quiero lograrlo. Quiero hacerlo por mí, me daría una satisfacción enorme cumplirlo.
–¿Cuánto influye el ranking con el que terminaste el año?
–Pensá que cuando volví lo hice desde cero, sin ranking. Terminé 167° y eso está bueno, porque las qualies de los torneos que me gustan las voy a poder jugar, antes tenía que pedir un wild card (invitación) para jugar la clasificación, no podía ni empezar a charlar, no podía programar nada porque tenía que esperar para saber si me invitaban o no, entonces era un tema armar un calendario, y si me va bien, puedo meterme otra vez.
–Y en algún torneo de los que jugaste, ¿no te preguntabas qué hacías ahí?
–Sí, en casi todos, pero esto es así. Las cosas lindas se ganan trabajando y luchando, y no conozco a nadie que tenga satisfacciones personales sin trabajar, o luchándola o sufriendo. Yo creo que hay que sufrir para disfrutar el doble.
–Pero después de todo lo que viviste y ganaste, ¿creés que vale la pena sufrir de nuevo?
–Si lo mirás en cuestiones de plata o logros, seguro que no; ganar un Challenger no me hace ni más rico ni más pobre, ni me llena de puntos ni será la satisfacción que fue Roland Garros, pero yo quiero llegar otra vez ahí, y después, retirarme sabiendo que di todo. Tengo 31 años, si no lo hago ahora, no lo hago nunca más.
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