Juan Martín Del Potro y David Nalbandian dijeron adiós en los cuartos de final del Masters 1000 de Indian Wells, que se disputa sobre cemento en Estados Unidos. El primero cayó por 6-3 y 6-2 con el suizo Roger Federer (3°), mientras que el segundo perdió por 4-6, 7-5 y 6-4 con el español Rafael Nadal (2°).
Dilapidar oportunidades frente al helvético es un pecado que Del Potro (9°) volvió a cometer. El argentino tuvo un par de chances para quebrar y encaminarse en el primer set. Sin embargo, dejó pasar sus chances y su rival quebró en el siguiente game. Una vez que tomó las riendas, el ex número uno no frenó más.
Hubo una circunstancia que alteró, sin dudas, el ánimo de La Torre. Roger emitió un saque fuera del cuadrado, el árbitro lo dio bueno y el argentino pidió el Ojo de halcón. Pero la tecnología no funcionaba correctamente, continuaron las discusiones y ese episodio, evidentemente, sacó de partido a Del Potro.
El ánimo de Del Potro recibió un golpe fuerte que se profundizó en el inicio del segundo parcial, cuando Federer quebró de arranque y dominó con comodidad. El suizo envolvió al tandilense con los ángulos de su drive y logró neutralizar la potencia de los tiros del pupilo de Franco Davín.
Una devolución errática dejó a Federer 5-2 con doble match point. Del Potro levantó las dos adversidades y postergó su agonía, aunque Federer selló su victoria en su tercera oportunidad para ganar luego de una hora y 10 minutos de juego.
De esta manera, el historial entre ambos quedó 11-2 a favor de Federer, que este año ya amargó a su rival en cuatro oportunidades. No obstante, Del Potro aún ostenta la final del US Open 2009, donde logró su único Grand Slam.
Federer jugará el sábado una de las semifinales ante Nadal, que doblegó a Nalbandian (74°) luego de dos horas y media de juego en las que hubo tenis de alto nivel. El cordobés dio pelea, pero no pudo sostener su rendimiento frente a un rival inquebrantable.
El primer set estuvo signado por una paridad extrema, alimentada en cada intenso duelo desde el fondo de la cancha. David buscó abrir juego con su drive y dañar con su revés, mientras que Nadal apuntó a martillar sobre la derecha del cordobés. La pulseada tuvo un ganador cuando el español sacaba 4-5: el rubio generó su primer set point y lo capturó con un tiro ganador de derecha.
El duelo siguió muy reñido en el segundo parcial, aunque esta vez el que lastimó en la recta determinante fue Nadal. El quiebre en el undécimo juego lo dejó en una situación ideal (saque para set) que no dilapidó. David dejó que su rival se invirtiera de drive más de lo aconsejable y lo pagó caro. Tampoco funcionó la alternativa de atacar la red, pese a la sabia capacidad de su volea.
El aluvión mallorquín destrozó el equilibrio que había tenido el partido durante la mayoría de su desarrollo y el tercer set fue puro sufrimiento para Nalbandian. El quiebre en el primer juego reflejó que la intensidad de David había bajado considerablemente. Nadal ya no retrocedió en los peloteos, plantó bandera a pura potencia y quebró nuevamente para servir 5-2. Sin embargo, David postergó la definición al quedarse con el saque ajeno y mantener el propio.
Luego, Nadal sacó para llevarse el triunfo con el marcador 5-4. Pero Nalbandian volvió a complicar, ya que dispuso de dos break points. La frustración del unquillense fue total luego de no poder sacarle el jugo a ninguno de los dos. Entonces, Rafa entendió la lección y no tuvo titubeos a la hora de coronar su ardua victoria. El registro de duelos personales quedó 4-2 para el rey del polvo de ladrillo, que ganó los últimos cuatro cruces.
