31.1.07

La preocupante decadencia del tenis argentino

El deporte que más alegrías le dio al país en los últimos años atraviesa una crisis sobre todo por el mal momento de sus principales figuras. La esperanza radica en los jugadores de menor renombre Cuando David Nalbandian no anda derecho, es lógico que empiece a hablarse de una falta de equilibrio en esa Legión argentina que cada semana sale a disputar los principales torneos del circuito. El cordobés no arrancó bien el año y rápidamente fue despedido del top ten al que estuvo aferrado por espacio de un año y medio en forma interrumpida. Sucedió principalmente por no defender puntos importantes como las semifinales del Abierto de Australia (llegó hasta octavos en esta edición) y también por los buenos momentos de algunos tenistas que venían de atrás como Fernando González, Mario Ancic y Tommy Haas. Pero Nalbandian no es el único de esta camada de jugadores que viene cosechando frutos desde hace aproximadamente cinco años para posicionar a este deporte como el que más alegrías le entregó a la Argentina de aquel tiempo a esta parte. Quienes profundizaron su crisis al punto de tocar fondo son dos de los tenistas más reconocidos en los últimos tiempos: Guillermo Coria y Gastón Gaudio. Mientras el santafesino navega por el puesto 146 del ranking, sin demasiadas esperanzas de recuperación a corto plazo, el bonaerense atraviesa un estado similar, al menos en términos de proyección. El descenso hasta el escalafón número 39 y la sequía de victorias en los últimos cinco meses lo ratifican. Por su parte, Agustín Calleri, José Acasuso y Juan Ignacio Chela, las alternativas de Alberto Mancini en la Copa Davis desde los bajones de los anteriores, parecen estar en un punto muerto. El misionero ha desplegado toda su fuerza cuando le tocó representar a la Argentina pero no ha hecho cosas importantes en el circuito desde el segundo semestre de 2006 hasta el presente. Actualmente, está estancado en el puesto 29 del ranking y perdió el único partido que disputó en el año, ante el norteamericano Sam Querrey en la primera ronda del Abierto de Australia. Calleri, una posición delante de “Chucho” en la clasificación de la ATP, presenta un panorama muy similar. Después de una aceptable apertura de año, con semifinales en Auckland, fue eliminado en el debut del primer Grand Slam de la temporada, a manos del norteamericano Zack Fleishman. Si bien esperado dado su buen desempeño en este tipo de superficies, Chela (40) ha tenido un comienzo de 2007 más regular, con cuartos de final en Auckland y tercera ronda de Australia (cayó ante el talentoso Andy Murray). Pero lo cierto es que no supera la “chatura” general y deberá apostar a una rápida recuperación para aprovechar la parte del año en la que más puntos puede sumar. Las esperanzas se centran en los más jóvenes, fundamentalmente en la figura de Juan Martín del Potro. El tandilense ha generado una progresión envidiable y ya se encuentra en el puesto 67 del ránking, con importante presencia en los principales torneos (por ejemplo, en Australia batalló hasta el cansancio ante el finalmente subcampeón Fernando González). Además, en Adelaide llegó hasta las semifinales. A esta altura del año pasado, Del Potro ubicaba el 159º lugar de la clasificación, y 12 meses antes apenas entraba entre los primeros mil. Mancini ya le puso el ojo para la Copa Davis y no sería descabellado tenerlo pronto entre los mejores 30 tenistas del mundo. No es de la nueva camada, pero lo mostrado desde Roland Garros 2006 hasta el presente por Martín Vasallo Argüello da crédito para ilusionarse. Con 26 años (el 10 de febrero cumplirá 27), el bonaerense demostró que llegar a los octavos de final en París no fue una casualidad, y así continuó su ascenso hasta el puesto 72 del ránking (en aquel momento estaba 181º). Para arrancar de la mejor manera 2007, se metió en el bolsillo el Challenger de Santiago. Uno de los tenistas más queridos por los argentinos fue el que más duro la pasó, siempre hablando en términos deportivos. Guillermo Cañas ya demostró tiempo atrás que se puede resurgir de las cenizas. Hoy está revalidando la teoría a fuerza de nunca bajar los brazos. Volvió de la suspensión en septiembre pasado y no paró de cosechar triunfos y títulos en challengers. En el inicio de 2007 hizo lo propio y se adjudicó el Challenger de San Pablo. No le fue bien en su regreso a los ATP, ya que ayer cayó ante el francés Fabrice Santoro en Zagreb. Pero si hay algo que todos dan por descontado es que éste será el año de “Willy”, porque podrá sumar importantes puntos al no defender nada del año anterior y porque muestra un nivel bárbaro. Está a un paso de entrar al top 100 (está 106º) y jugará la serie ante Austria por la primera ronda de la Davis. Sergio Roitman (80), Diego Hartfield (109) y Carlos Berlocq (127) son otros de los jugadores que, con un perfil más bajo, siempre dan pelea en torneos de jerarquía. Claro que es difícil pensarlos potencialmente como amenazas para grandes jugadores o para conquistar algún Grand Slam. Mujeres En cuanto a las mujeres, el panorama es más desalentador todavía. Gisela Dulko, quien desde hace tiempo encabeza la Legión femenina, no está pasando su mejor momento. Lejos del puesto 30 en el que se mantuvo durante buena parte del año pasado, hoy ocupa la 51º posición y Auckland, Hobart y el Abierto de Australia pasaron casi inadvertidos para ella. Paola Suárez, alejada de las canchas durante un tiempo y con un regreso poco exitoso el año pasado, ya piensa en el retiro, que será durante 2007. Actualmente está 155º en el ránking de la WTA y distante de sus mejores épocas. Clarisa Fernández (110) y María Emilia Salerni (225) nunca terminaron de explotar y ayudan a completar esa lista de promesas que se quedaron a mitad de camino. Sin distinción de sexo, el tenis argentino atraviesa una época de vacas flacas.

1 comentario:

hache dijo...

che cuando haces copy-paste de algo que no es tuyo tenés que citar la fuente...