11.7.08

Calleri, Schwank y Del Potro avanzaron a las semifinales en Stuttgart

El cordobés derrotó por 6-4 y 6-2 al local Michael Berrer para ingresar entre los cuatro mejores del torneo alemán. Mañana, deberá medirse con el francés Gasquet (15º). En tanto, el rosarino Schwank venció por 6-0, 4-6 y 6-3 al checo Hernych , y su próximo rival será el tandilense Del Potro, que se impuso por 7-6 (7-3) y 6-2 sobre el germano Kohlschreiber. El cordobés Agustín Calleri (52º), el rosarino Eduardo Schwank (62º) y tandilense Juan Martín Del Potro (65º) ganaron en sus respectivos encuentros y se clasificaron a las semifinales del Abierto de Stuttgart, Alemania, que se juega sobre polvo de ladrillo y reparte 568 mil euros en premios. Con una dosis de precisión y una gran convicción, Calleri apabulló por 6-4, 6-2 al limitado Berrer en el primer duelo entre ambos. Su próximo rival será el francés Richard Gasquet (15º), que superó por 6-3 y 7-6 al español Albert Montañés. Será la segunda semifinal que disputa el riocuartense en la temporada, ya que había quedado entre los cuatro mejores en Casablanca. Además, también trepó a los cuartos de final en los certámenes de Doha, Buenos Aires, Houston, Acapulco y Sydney. Schwank (62°), en tanto, debió batallar para eliminar a Hernych (139°) por 6-0, 4-6 y 6-3. Durante el set inicial, el pupilo de Javier Nalbandian obtuvo réditos por su mayor consistencia para elaborar los puntos. Sin embargo, su rival mejoró notablemente a través de su juego plano y también redujo la cantidad de errores no forzados cometidos. Finalmente, el oriundo de Roldán se recompuso y se llevó el ansiado triunfo. Su menor actuación como profesional fue haber arribado a los cuartos de final de Costa do Sauipe 2008. Ahora, protagonizará el duelo de argentinos contra Del Potro. En el último duelo de la jornada, Del Potro (65º) despachó con esfuerzo al alemán Philipp Kohlschreiber (35°) por 7-6 (7-3) y 6-2. Con un buen rendimiento con su servicio, el joven de 20 años le encontró la vuelta al planteo del anfitrión. El mayor apego a la arcilla del rival fue una prueba para el juego del argentino, que superó los obstáculos y ratificó que los dolores físicos ya no existen.

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