Fue por un tantito así

Tan cerrado como en el Masters: Federer se llevó el duelo con David por 7-5 en el tie-break del tercero. Habrá que conformarse con la certeza de que David Nalbandian está al nivel del mejor del mundo. Como si hicieran falta pruebas... En semifinales del Abierto de Roma, el unquillense perdió esos dos puntos que en el Masters de Shanghai fueron suyos. Esta vez, el suizo Roger Federer se fue más contento tras el cerrado final y el 6-3, 3-6 y 7-6 (7-5) con el que quedó 5-6 en el historial. La paridad fue extrema, al extremo de que Roger se llevó apenas un punto más (115-114). El encuentro fue cambiante, no siempre bien jugado, pero con la tensión sobre el resultado que se vivió en la final china. Nalbandian pagó por la falta de definición en los break points (5/16) pero no existe reproche posible: durante casi tres horas, intentó poner a Federer a la defensiva, hizo efectivo uso de su devolución y soportó con winners un final cerrado —el Nø 1 se mordió los labios tras un revés paralelo de David que salvó un quiebre—. El último drive se fue por centímetros nomás. ´"Nunca es lindo perder. Ambos tuvimos nuestras chances, se definió por un par de puntos", coincidió David. El primer set también pudo ser suyo: comenzó break arriba dos veces. Cuando Federer sacó 5-3, David tuvo tres chances de quebrar. En el segundo set, Nalbandian tuvo tres bolas para quedar 5-1, y terminó el parcial sin break points en contra. El decisivo comenzó de maravillas para David, con quiebre y rabietas de Federer. El suizo penaba con el saque y carecía de chispa, quizá cansado por las casi tres horas del encuentro ante Nicolás Almagro. A partir de un lindo punto que Federer ganó con una volea de revés paralela a contrapierna, el suizo volvió a animarse. David tuvo dos chances para irse 3-1 y en una cometió doble falta. Federer quebró, no una sino dos veces, y quedó 4-2. Nalbandian recuperó la desventaja al game siguiente y no dudó en saque hasta el tie-break, a excepción del 15-30 en 5-6. David arrancó con un miniquiebre pero Federe metió dos pelotas más. Se frustró el primer enfrentamiento de David con Nadal, pero quedó la sensación de que, si sigue por este camino, Roland Garros no está tan lejos.