2.5.07

La Batalla de las Superficies:Nadal fue más que Federer en una exhibición inolvidable

El número dos del mundo derrotó al uno con parciales de 7-5, 4-6 y 7-6 (10), en el encuentro que se disputó en Mallorca sobre una cancha mitad polvo de ladrillo y mitad césped. Histórico. Se disputó la Batalla de las Superficies, un hecho histórico y nunca antes visto. En el estadio Palma Arena de Mallorca, con capacidad para 7.200 espectadores, el número uno del mundo, Roger Federer, y el dos del escalafón, Rafael Nadal, se midieron sobre una cancha mitad de polvo de ladrillo y mitad de césped. El rey de Wimbledon contra el príncipe de Roland Garros. Manolo Santana, campeón en Gran Bretaña, y Carlos Moya, ganador en París, destaparon la lona blanca que cubría la cancha pasadas las 11 de nuestro país. El suizo ingresó por el lado del césped, mientras que el local fue recibido sobre su superficie favorita, donde acumula una serie de 72 triunfos consecutivos. El primero en lograr una diferencia fue el mallorquín, que se puso 3-1 tras lograr un quiebre sobre el lado del clay. Sin embargo, en el cambio de vereda, Federer pudo recuperar su servicio, retenerlo en el game siguiente e igualar las acciones. Finalmente, Nadal consiguió otro rompimiento en el duodécimo juego y se llevó el primer parcial por 7-5. Hasta ese momento parecía imposible quebrar sobre el lado del césped, pero el suizo rompió con esas especulaciones en el primer juego del segundo capítulo. Luego, en mejor del planeta mantuvo sin problemas su saque y se encaminó al 6-4. A barajar y repartir otra vez. El estadio era una locura, aplausos por aquí y por allá. Todos contentos y conformes con el espectáculo, ya que los dos protagonistas estaban dando el cien por ciento. Y llegó el set decisivo, el más espectacular y parejo. El tenista local consiguió un rompimiento sobre césped en el cuatro game y se colocó 3-1 arriba, pero Roger se levantó instantáneamente y volvió a emparejar el emotivo encuentro. El show era completo: el mallorquín corriendo por toda la cancha y metiendo esas contras espectaculares que deslumbran al mundo, y el suizo jugando con los efectos y tirando sus tremendos passing a la carrera. Para redondear la fiesta, que fue ideada por el publicista argentino Pablo del Campo, se fueron al tie break y lo disputaron como en una final del circuito. Los dos tuvieron innumerables posibilidades para lograr el triunfo, que quedó en manos del mejor sobre polvo de ladrillo por 12-10. El césped, que fue traído a último momento de una cancha de golf cercana, le jugó una mala pasada a Federer en la última bola (picó y no se levantó) y el local levantó los brazos. Sonrisas y chistes, gritos y aplausos. Una exhibición inolvidable, con dos fenómenos irrepetibles y que todavía tienen mucho para dar.

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