7.4.06
Mano a mano
Nalbandian derrotó fácil a Cilic, reemplazante del lesionado Ancic. Un 6-1, 6-1 y 6-2 apabullante, que dejó sin respuestas al juvenil. Por su parte, Calleri tuvo todas las de ganar ante Ljubicic, pero cayó por 6-7, 5-7, 7-6, 6-1 y 6-2. Mañana el dobles será clave para definir la serie por los cuartos de final.
David Nalbandian busca poner la serie 1-1 ante el croata Marin Cilic. En el DOM Sportova de Zagreb, los locales se imponen por 1-0 tras la victoria de Ivan Ljubicic ante Agustín Calleri por 6-7, 5-7, 7-6, 6-1 y 6-2.
A media máquina, David quebró en el game inicial. A media máquina volvió a quebrar y volvió a quebrar. En poco más de media hora, Nalbandian se llevó el primer set por 6-1. El pobre de Cilic no era rival. Jugaban a dos deportes diferentes. Cuando el cordobés se decidía a soltar un poco el brazo y a ponerle más peso y velocidad a la pelota el croata la mandaba a las nubes o a la red.
El de Unquillo enfrenta a Cilic debido a la baja de Mario Ancic, quien no jugará hoy y aún no se sabe si estará en el dobles de mañana por la serie de cuartos de final de la Davis.
Cuánto duele perder un partido así. Duele mucho, más aún sabiendo que era un punto vital en la serie. Si Agustín Calleri le ganaba a Ivan Ljubicic, no era arriesgado decir que Argentina hubiera tenido gran parte de la serie en el bolsillo. El Gordo estuvo muy cerca de llevárselo, y se habría vestido de héroe. Llegó a estar dos sets arriba y 4-1 en el tie break del tercero ante el croata, la gente y la cancha del DOM Sportiva de Zagreb. Pero no se dio y lo perdió en su ley. El Gordo tiró, tiró y tiró. Acertó, erró. Erró y acertó. Mandó bolas a la tribuna, metió marcazos, así como también palazos con ángulos increíbles. Y a pesar del esfuerzo, no fue suficiente. Para el número cinco del mundo, fue victoria en cuatro horas de juego, por 6-7(7), 5-7, 7-6(6), 6-1 y 6-2. Para el cordobés, una derrota dolorosa.
Después de un arranque parejo, en el que empezaron a calentar motores, llegó el primer susto para el Gordo en el set inicial. Con su saque, en el 3-4. Rápido, Ljubicic se puso triple break point, que por cómo venía sacando, era casi triple set point. Pero el cordobés, con un par de aciertos y otro par de buenos primeros servicios se puso ventaja y consiguió salir adelante. Y cuando lo tenía para ganarlo, el croata metió un tremendo muñecazo de revés tras una bola con mucho ángulo de Agustín para quedar iguales. Ahí, el local aprovechó dos bolas anchas del argentino para quebrar y ponerse 5-3.
Tenía el set en la mano. Sólo hacía falta que metiera primeros saques y a otra cosa. Pero no los consiguió y Calleri, muy paciente, fue trabajando los puntos con su revés cruzado y llevó al croata a defender en todas las pelotas. Así se puso break point y con una doble falta de Ljubicic, recuperó el quiebre.
El croata mantuvo su saque para 6-5 y Calleri fue a servir para llevar las cosas al tie break. En ese game, el Gordo se mostró agresivo y ganó y perdió los puntos por lo que él hizo. No dejó a Ljubicic tomar la iniciativa (más allá que metió dos devoluciones tremendas), tiró palazos desde los todos los rincones de la cancha, dejó muerta del otro lado de la red una volea exquisita que le quedó bien abajo y logró levantar un set point para mandar todo al desempate en el primer parcial, tal como sucedió en los cuartos de Key Biscayne.
En el tie break, hubo de todo. El Gordo siguió atacando a un Ljubicic que por momentos sólo se dedicaba a traer las pelotas con slice. Así, Calleri llegó a estar set point con su saque, pero lo desaprovechó. Luego levantó uno en su contra, a pura guapeza. Con las cosas 7-7, un drive cruzado del argentino, exigido, dio en la faja y la pelota picó y picó del otro lado de la red. Un nuevo set point. Esta vez con el servicio del croata. Falta en el primero, alivio. Adentro el segundo, devolución agresiva y definición en la red: 9-7 y un respiro. Un gran respiro.
Calleri demostraba que estaba en uno de esos días. La imagen del Gordo en Málaga vapuleando al por aquel entonces número uno del mundo Juan Carlos Ferrero... en fin... El cordobés estaba enchufado, muy metido en el partido, sacando bien, dominando. Lo demostró en el cuarto game, con el saque de Ljubicic, cuando tuvo dos break points para conseguir un quiebre que hubiera sido ideal para mantener al croata bien lejos. Pero el local sacó del bolsillo su principal arma y metió tres aces consecutivos para salir adelante en ese juego.
Parecía que a Ljubicic le pesaba el flamante número cinco del mundo ante su gente. El croata no lograba afirmarse, estaba quieto, le costaba pegar el revés desde el fondo en movimiento y con su saque no podía sacar ventajas considerables. El Gordo, a todo esto, seguía afilado. Con la confianza por las nubes, atacó hasta el hartazgo. Pasaba una, dos, tres pelotas, y se jugaba un winner. A lo sumo entablaba un intercambio de reveses cruzados hasta tener un poco de margen para jugar el viandazo. Con el servicio del local, 6-5 arriba, era una fija que Calleri iba a jugársela.
Palazo del Gordo y devolución larga de Ljubicic para el 0-15. Winner de derecha por la paralela para 0-30. Calleri pasa por caja a cobrar una pelota que queda flotando en el medio de la cancha tras una pobre volea del local y 0-40. El croata salva un set point con un revés a matar o morir: 15-40. Passing cruzado de revés del argentino para conseguir el break y cerrar el parcial. Dos sets arriba, el cordobés se ubicaba en una situación inmejorable. No sólo por el resultado, sino también por lo que pasaba dentro de la cancha, donde Agustín era el que mandaba.
Bien claro lo dejó cuando se fue 40-0 con el saque de Ljubicic en el segundo juego del tercer parcial. El croata logró sacarlo adelante, pero quedó esa sensación que Calleri podía quebrar en cualquier momento. Ya era moneda corriente que el Gordo le robara al menos dos puntos al croata con su servicio. Lo ponía en jaque en cada game. Hasta tuvo un par de puntos de break en el octavo, pero nada. El número cinco del mundo sacó fuerzas de vaya uno a saber dónde y sufriendo más de lo que imaginaba, pudo llevar el set una vez más al tie break.
Y ahí, Calleri repitió lo que había hecho a lo largo de todo el partido: se la jugó. Primero acertó y se fue 4-1 arriba, después erró y quedó 6-4 abajo. Ljubicic tenía un saque más. Pero el Gordo niveló y se puso 6-6. Así de rápido. El encuentro se jugaba a su ritmo. Atacó, arriesgó y esta vez le tocó perder. Set point en contra, metió un approach de revés y se fue a definir, aunque su volea se quedó en la red. El croata, que estaba a un punto de ver como el primer punto se le escapaba, seguía con vida.
Se encendía la alarma para Calleri. El cordobés estuvo a un paso de liquidar a Ljubicic pero lo dejó agrandarse. Y ante un jugador del calibre del croata, eso no es lo más recomendable. Pero fue inevitable. El local encontró confianza, recuperó el nivel de semanas atrás y quebró en cero el saque de Agustín en el segundo game. Para meter más miedo aún, el número cinco del mundo ganó los primeros quince puntos en el arranque del cuarto set. La cosa estaba complicada. Qué decir después que Agustín volvió a perder su saque en el cuarto juego.
Así, en un abrir y cerrar de ojos, el Calleri exultante, ganador, implacable, se había transformado en un jugador impotente, errático y hasta por momentos, apático. Ljubicic, claro está, aprovechó el bajón del Gordo y se llevó, casi caminando, el cuarto set por 6-1. Y ahora iba por el quinto.
Con el envión que traía, el croata quebró en el game inicial y confirmó no sólo el mal momento de Calleri sino su levantada. De todas maneras, el Gordo, lejos de caerse en un pozo, siguió batallando, a pura garra. Con una entrega formidable, el cordobés llegó a quedar doble break point en el cuarto juego para nivelar las cosas. Pero Ljubicic, sobrando la situación (después de haberla pasado feo, ahora era un vivo bárbaro), jugó un punto plantado sobre la línea de base y pegándole a la pelota como con desprecio, salió adelante y quedó 3-1.
Un nuevo quiebre de Ljubicic en el séptimo game para quedar 5-2 sepulto las chances de una levantada de Calleri. Con total autoridad, el croata cerró con su saque y le puso números finales al partido. Fue 6-7(7), 5-7, 7-6(6), 6-1 y 6-2 para darle al local el primer punto de la serie. El Gordo estuvo cerca, jugó un gran partido, pero no se le dio. En el dobles de mañana, seguramente, tendrá revancha.
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