9.8.06
Juan Martín Del Potro: "Sueño ser el número uno del mundo"
El tandilense es una de las grandes promesas del tenis argentino. En una charla con Clarín.com cuenta cómo es la vida de un chico de 17 años que compite con los mejores del planeta.
Después de la aparición y consolidación de jugadores como David Nalbandian y Guillermo Coria, el tenis argentino buscaba una nueva promesa. Juan Martín Del Potroobtuvo el domingo el tercer título Challenger de su carrera, el Abierto de Segovia, en Madrid, y encendió la esperanza de mantener el nivel del país en lo más alto por largo tiempo. Tiene 17 años y nació en Tandil, provincia de Buenos Aires. En una charla íntima con Clarín.com contó sus sueños, sus objetivos, la relación con los amigos de su ciudad y hasta cómo le va con las chicas.
Con inicios futboleros, llegó al tenis casi de casualidad: "Un día iba a entrenar. Jugaba al fútbol en el club Independiente, y siempre pasaba por unas canchas de tenis. Me prestaron una raqueta y me quedé jugando solo en el frontón. Así empecé", contó.
--¿Y cómo te inclinaste por el tenis?
--A partir de ese día que me quedé haciendo frontón , empecé a ir más seguido, aunque lo mío era el fútbol. Llegué a hacer un poco de los dos, estuve tres o cuatro años practicando tenis y fútbol a la vez. Mi profesor de tenis, en ese entonces, Marcelo Gómez, me dijo que tenía muchas posibilidades, me veía con mucho futuro. Y ahí fue cuando me decidí por el tenis, y me empecé a meter más.
--¿Sos hincha de Boca?
Sí, soy fanático de Boca. De chico no iba a la cancha, empecé a ir cuando estaba más en Buenos Aires, de acá de Tandil no podía ir, ahora cada vez que puedo voy. El equipo entero me encanta; la Joya Palacio, Battaglia, Gago, Guillermo, Palermo; son todos, la defensa que tiene ahora es increíble. Me gusta mucho todo el equipo. Me encanta la garra que pone todo el equipo.
--¿Te gusta más el fútbol que el tenis?
--Si hay un partido por televisión de tenis y fútbol, veo el de fútbol. Mirar tenis, no me divierte mucho. Obviamente que me gusta jugarlo, pero el deporte que más me gusta es el fútbol. Si yo no hubiese sido tenista, hubiera seguido con el fútbol toda mi vida.
--¿Cómo es salir jugando al tenis profesional desde Tandil?
--Acá es todo muy humilde. Desde chico me entrené siempre en el mismo club, en las mismas canchas, con pelotas usadas; y esas cosas te hacen trabajar con más ganas, con más sacrificio. Cuando uno nota el cambio a profesional, y ya triene canchas buenas, pelotas buenas y jugadores de primer nivel para entrenar... es algo muy lindo, porque uno se pone a pensar en todo el pasado y las cosas que vivió, y ahora tener la posibilidad de que esas cosas sean diferentes es algo muy lindo. Eso pasa por el trabajo que hice yo, que hizo mi entrenador, el trabajo de mi familia, y de toda la gente que me apoyó desde chiquito.
--¿Sentiste mucho el cambio de junior a profesional?
--Me costó, como me está costando ahora de los Challengers al ATP. Me costó. Fueron dos meses que para mí fue muchísimo, porque me veía de igual a igual cuando pasé de júnior a los Futures, estaba ahí, perdía 7-5 y 6-4; y me amargaba mucho porque no podía sacar puntos de ATP. Hasta que, bueno, me empecé a meter más en el ritmo de ellos, a entrenar con mejores jugadores, me puse más rápido y me fui adaptando al nivel de los Futures. Y después me pasó lo mismo con los Challengers. Me costó un poquito hasta que agarré el nivel de ellos. Pero es ahora el salto más difícil. El de Challenger a profesional. Por ahora vengo bien, pero hay que seguir trabajando.
--¿Sos la esperanza del tenis argentino?
--Estoy tranquilo. Muchas veces, cuando estoy jugando, me pongo a pensar en eso. Es muy lindo que toda la gente hable de mí, pero a la vez es como una carga extra, porque sabés que te están mirando, que están pendientes de los resultados. Y bueno, trato de demostrarle a esa gente que habla de mí que tiene argumentos para hacerlo. Pero eso es una parte muy mía. Trato de hacer mis cosas, de hacer mi tenis. A la larga, si hago las cosas bien, espero llegar ahí, arriba. No sé si soy la esperanza del tenis argentino. Voy a tratar de hacer lo mejor posible.
--¿Te ponés mucha presión?
--Ultimamente, un poco sí, al verme tan cerca de los top 100. Sabía que si estaba 130, y ganaba un torneo, me metía entre los 100. Esas cosas me jugaron en contra en varios torneos, y ahora estoy tratando de dejarlas de lado. Cuando estoy tranquilo, juego mejor. Eso me pasó en este torneo. Con una buena gira adentro, con mi primer cuadro de ATP, con partidos importantes ganados, como a Chela, a (Andrei) Pavel, ya estaba más que contento, entonces jugué tranquilo. No tenía nada que perder. Ya había defendido todos los puntos que tenía que defender. Entonces me puse a pensar: ¿por qué no juego siempre así?
--¿Cuáles son tus objetivos?
--A corto plazo, es meterme entre los 100. Estoy ahí, a un pasito, pero no me quiero apurar. No quiero llegar y después no ganar ni un partido, no estar preparado para jugar de igual a igual. Tampoco estoy muy apurado... Que sea a mitad del 2007, o en el 2008... Me quiero preparar bien, si doy ese saltito y me meto 70 u 80, estar bien para seguir para adelante.
--¿Cuáles son tus sueños?
--Mi sueño máximo es ser número uno del mundo. Cualquiera sueña con ser el mejor en su trabajo. De ahí a cumplirlo, hay muchas cosas. Falta mucho tiempo, mucho trabajo, y nadie me asegura de que lo voy a lograr. Y si no, el día que me retire, quiero que me quede la sensación de que hice todo lo posible.
--¿Cuáles son tus virtudes y cuáles tus defectos?
--Una de las cosas buenas que puedo tener es que muchas veces estoy tranquilo, con la cabeza bien puesta en mi juego y eso me hace rendir muy bien en los momentos clave. Como en este torneo que gané 7-6, 7-5... Varios partidos en el tercero, después de una gira de cinco semanas, y era difícil porque el cansancio es muy grande. Y defectos tengo millones, como todos. Tengo que trabajar mucho el físico, el saque y afinar cosas.
La charla hace un alto. Y la conversación deja de ser con el tenista profesional, y aparece el pibe de Tandil.
--Sos muy joven. Seguramente querrás ir a bailar con tus amigos...
--Estaba en Segovia, el día que jugaba con (Fernando) Verdasco. Era un viernes y ya había programado todo para llegar a Tandil el sábado a las cinco de la tarde. Imaginate, llegar a esa hora... Mi amigos me estaban esperando con un corderito, y después íbamos a ir a bailar. Esas son las cosas que más me gustan, compartir con mis amigos, acá, en mi ciudad, es algo impagable. Sin embargo, ese día ganó. Y también el siguiente y el domingo. Y el corderito tuvo que esperar: "Y bueno –repite-, yo estaba pensando en eso. Sigo siendo un chico, un pendejo de 17 años. Cuando me dicen: 'andá a entrenar a las 9 de la mañana un domingo', tengo que ir porque es mi trabajo, pero voy con carita larga. Como cualquier chico al que le dicen: 'levantáte y andá a correr', después de un sábado a la noche agitado.
--¿Tenés novia?
--No, no tengo. Nada, nada.
--Pero, recorriendo el mundo, deberás conocer varias chicas...
--Sí, pero sigo concentrado en el tenis, por ahora. Vamos bien, vamos bien (se ríe). Novia seria no, pero vamos bien. Tengo que seguir ganando torneos...
--¿La fama ayuda?
--Y... un poquito, sí (ríe). Pero estoy muy tranquilo... Además es difícil tener novia, porque viajo mucho. Es difícil para mí y para la mujer, ¿no? No debe haber muchas chicas de mi edad que se puedan bancar eso...
--¿Y el colegio?
--Estudio a distancia. Estoy en el último año, y ya di cinco materias. Me quedan cinco más y termino la secundaria; y después a preparar el viaje de egresados. Me gustaría seguir estudiando alguna carrera a distancia, pero todavía no averigüé nada. Me gusta arquitectura de chiquito. Hay que ver si puedo seguir. Si no, el día que deje el tenis, voy a ver si me quedan ganas para estudiar.
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