11.8.05
Cómo será la apelación
La estrategia de Cañas ante la CAS se basará sobre un ataque al sistema de controles de la ATP
Guillermo Cañas y su entorno descontaron un día más de cara a la apelación en la Corte Arbitral del Deporte (CAS), con base en Lausana, de la suspensión por dos años por doping que recibió por parte de la ATP, tras habérsele hallado rastros de diurético en un control efectuado en Acapulco, el 21 de febrero último.
La pregunta inmediata, de cara al 29 del actual -fecha límite para presentar la apelación en ese organismo- es: ¿cuáles son las posibilidades de Cañas? Es un tema complejo, difícil de afirmar con certeza, dado que si bien suele respetar las decisiones de las federaciones, la CAS también cuenta con fallos en contra de éstas. Por ahora, lo que se sabe es que el tenista y su entorno irán en busca de la reducción de la pena atacando el sistema de controles antidoping de la ATP.
De ninguna manera se podrá cambiar la negligencia del jugador, quien asumió su culpabilidad por haber ingerido algo sin saber fehacientemente de qué se trataba, pero el ataque de la defensa apuntará a la negligencia del médico del torneo mexicano, Salvador Chinchila, que, según Cañas, le recetó los medicamentos que tenían el diurético.
La CAS es un organismo creado en hace 23 años por instancia del español Juan Antonio Samaranch, por entonces presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), para evitar el paso por la justicia ordinaria ante el incremento de litigios en el mundo del deporte.
Este organismo, presidido por el senegalés Kéba Mbaye, ex vicepresidente del COI y de la Corte Internacional de La Haya, tiene más de 150 miembros, entre los que figuran cuatro argentinos: Eduardo Moliné O´Connor (vicepresidente de la AAT, actualmente en conflicto con esa entidad), Hugo Pasos (consejero legal de la AFA y de la Confederación Sudamericana de Fútbol), Omar Alejandro Vergara (presidente de la Federación Argentina de Esgrima) y Hernán Ferrari (secretario general del Comité Olímpico Argentino).
¿En qué se sostiene la esperanza de Cañas? Sabiendo que los decisiones de la CAS son definitivas, incambiables, inapelables y de ejecución forzosa y que son escasas las ocasiones en las que falló en contra de federaciones poderosas (ver aparte), la estrategia de defensa elegida por los abogados de Cañas será el ataque al sistema de controles antidoping utilizado por la ATP.
Durante el juicio efectuado entre el 20 y el 21 del mes último, en Nueva York, Cañas declaró que el médico del torneo le había recetado remedios por dolores de garganta; que las medicinas habían sido compradas por una voluntaria, y que él posteriormente las había consumido. Y uno de los problemas que tuvo Cañas fue que, necesariamente, un remedio para esa molestia contiene diuréticos, una sustancia prohibida debido a que es capaz de diluir (enmascarar) otras no permitidas. Y en el análisis del argentino surge la presencia de restos de Voltarén 75 (declarado) y cafeína en dosis permitidas. Asimismo, Cañas fue sometido otros dos controles en 2005 (Buenos Aires y Roland Garros): en ambos dio negativo.
Su entorno sostiene que si hubiera algo prohibido, tendría que aparecer sí o sí en el control. Y, aparentemente, eso no sucedió. Por otro lado está Chinchila, el médico, quien niega haber atendido al jugador, en una lucha de palabra contra palabra para Cañas. Y en ese sentido, ayer, en México, hubo otro punto en contra del argentino, pues Raúl Zurutuza, director del Abierto de Acapulco, negó la versión. Dijo que ningún médico del torneo lo atendió, "por lo que no pudo recetarle ninguna medicina", según un cabñe la agencia EFE.
Otro punto que será atacado es la advertencia hecha durante el juicio por Richard Ings, responsable del sector que se ocupa de los controles antidoping de la ATP, quien señaló que Cañas, entre 2002 y 2003, fue uno de los 47 jugadores del circuito masculino que rozaron el límite permitido de nandrolona.
Y aquí el punto no es que Ings haya declarado eso en el juicio, sino dos ítem que son contradictorios para Cañas y su entorno. El primero es que ese comentario sobre un suceso que causó revuelo en el tenis durante 2003 haya influido en la decisión de la pena aplicada; dos, que el fallo está a disposición de cualquiera por Internet. Ergo, así se descubrió que Cañas era uno de esos 47 involucrados cuyo nombre, por confidencialidad, se mantenía en secreto.
La cuestión de los 47 casos de nandrolona explotó a principios de 2004, cuando Greg Rusedski anunció que estaba siendo sometido a un juicio por la ATP y que era uno de los tantos involucrados en el circuito. El británico, defendido por el prestigioso abogado inglés Mark Gay, del estudio Denton, Wilde y Sapte, demostró que los rastros de nandrolona hallados en su cuerpo ingresaron a través de los suplementos vitamínicos que en esos días entregaban los fisioterapeutas de la ATP, quienes hoy tienen prohibido entregarles remedios a los tenistas. Otro dato: de los 47, sólo siete superaban el límite aceptado.
El caso Rusedski fue vital para esos 47 jugadores y se transformó en un arma en contra de la ATP. Primero, porque los protagonistas empezaron a desconfiar de su sindicato y, posteriormente, porque la entidad que rige el tenis se enfrentó con la WADA (Asociación Mundial Antidoping), entidad creada por el COI y a cuyo control debe someterse toda la familia olímpica, con la excepción de los Dream Team de la NBA. Una clara demostración de los negocios del Comité Olímpico Internacional.
El perdón de la ATP a los 47 jugadores contrarió a la WADA, que desde entonces tuvo una mayor intromisión en los controles del tenis. Para la WADA, la ATP cometió un disparate porque además de liberar a esas 47 personas, aceptaba que les había dado los suplementos a los jugadores. Al mismo tiempo, la entidad que debía controlarlos los estaba perjudicando.
En poco menos de un mes, Ings dejará su puesto en la ATP para ir a realizar esa misma tarea a Australia. Será días después del 29 del actual, fecha en la que Cañas intentará una misión compleja: luego de su público ataque al sistema y a la metodología de la ATP, demostrar una credibilidad que en Nueva York se desbarrancó por propia negligencia.
Por Alfredo Bernardi
De la Redacción de LA NACION
Qué sucedió con otros casos que llegaron a la CAS
En cuanto a doping en el tenis, la CAS tiene un fallo reciente no favorable. Se trata de la confirmación de la pena de dos años a Diego Hipperdinger, naturalizado español, pero nacido en la Argentina, quien fue sancionado por metabolitos de cocaína. Hipperdinger apeló, pero la CAS no modificó la sentencia del tribunal de la ATP.
Otro de los atletas que recurrieron al organismo situado en Lausana fue Solange Witteveen, especialista en salto en alto. En mayo de 2001 le comunicaron una suspensión de dos años tras haber dado positivo con pemolina. La Confederación Argentina de Atletismo apeló ante la Federación Internacional de Atletismo (IAAF), pero esa presentación fue desestimada. Se buscó el recurso final en la CAS, que también ratificó el fallo en contra de la argentina. Witteveen calificó a la CAS como una "burocracia asquerosa".
Hace unos días, la CAS falló en contra de la FIFA, que había castigado a Roma. El club de fútbol italiano logró la cesión del francés Philippe Mexes sin haber abonado el pase a Auxerre. Este club protestó ante la FIFA, entidad que le dio la razón al club de Francia e impidió que Roma fichara a un jugador hasta que resolviera la situación. Roma apeló a la CAS, quien confirmó que Mexes puede jugar en el club de la capital italiana sin inconvenientes.
También en Italia, el club Genoa fue acusado de fraude deportivo por haber arreglado, en la temporada última, un partido con Venecia que le permitió el ascenso a primera tras diez años de ausencia. Al comprobarse la situación, la Federación Italiana de Fútbol determinó el descenso de Genoa a la Serie C. La entidad apeló a la CAS quien ratificó el fallo. Rompiendo las normas, Genoa recurrió a la justicia ordinaria. Por ese motivo, está suspedida la realización del fixture correspondiente a la temporada próxima.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario