3.12.06

Argentina dejó el alma, pero Rusia es el campeón

Fue una definición del título muy emotiva, con incertidumbre sobre el resultado hasta el final. Recién se cerró en el quinto punto, cuando Safin superó a Acasuso por 6-3, 3-6, 6-3 y 7-6. Antes, Nalbandian volvió a demostrar su calidad al ganarle a Davydenko por 6-2, 6-2, 4-6 y 6-4. En Moscú se vivió una verdadera fiesta en las tribunas, donde los locales lograron su segunda Ensaladera de la historia. Marat Safin derrotó a José Acasuso por 6-3, 3-6, 6-3 y 7-6 (7-5) y le dio a Rusia el quinto y decisivo punto de la serie final de Copa Davis que se disputó en Moscú. Con el triunfo 3-2 sobre Argentina, los rusos obtuvieron por segunda vez en su historia la Ensaladera de Plata. El misionero Acasuso entró a la cancha sabiendo que tenía la gran posibilidad de meterse en la historia grande del deporte argentino. Con la serie entre Argentina y Rusia igualada 2-2 tras el triunfo de Nalbandian sobre Davydenko, la definición pasaba para el quinto punto. Mancini se jugó por Chucho, quien iba a todo o nada contra el gran Marat Safin ante un clima inigualable en el Olímpico de Moscú. El premio era grande, enorme: la Ensaladera de Plata. Fue un comienzo complicado para el Chucho, que no tuvo chances con el juego de saque de Safin y resignó su servicio en el game siguiente. El ruso se hacía fuerte desde el fondo de la cancha y lograba buenos ángulos con sus envíos, mientras que Acasuso no terminaba de ajustar su devolución y sufría mucho cuando debía trasladarse lateralmente. El marcador indicaba 3-0 para el local cuando fueron al primer descanso y el partido arrancaba muy cuesta arriba. De a poco, el argentino fue encontrando su juego y emparejó el trámite, si bien su rival se mostraba sólido a partir de un servicio formidable (cuatro aces en tres games de saque) y parecía encaminarse sin problemas hacia el set a partir de la ventaja lograda en el inicio. Fue a servir Safin para cerrar el primer parcial y no tuvo problemas en lograrlo. Sin transpirar demasiado, el ruso se llevó el capítulo inicial por 6-3. Acasuso arrancó con el saque en el segundo y enseguida demostró que podía pelear de igual a igual. Así encontró una buena vía de obtención de puntos atacando con la derecha cruzada, sobre el drive de Safin. Claro que el europeo no aflojaba y tampoco entregaba oportunidades de break cuando iba al servicio (2-2). Palo y palo, Chucho logró zafar de una muy difícil en el quinto game. El misionero levantó dos break points, se llevó el juego y Luli Mancini respiró aliviado en el banco. ¿Cuántas veces se puede estar Safin 0-40 con su saque? Pocas, muy pocas. Por eso, la del sexto game era una chance que no había que dejar escapar. Lo sabía Acasuso y, tras malograr dos oportunidades, metió una winner de derecha para lograr un quiebre decisivo. A continuación, ganó su saque con total autoridad y festejó con el puño bien apretado. Argentina estaba más viva que nunca (5-2). Tras el juego para Rusia, Chucho fue al saque para cerrar el parcial. Y no defraudó: 6-3 y partido igualado a un set por lado. Volvió a la carga Safin en el inicio del tercero, aprovechando que el argentino no lograba meter su primer saque. Se le fueron dos break points al local, pero se llevó el game en su tercera chance de quiebre tras un punto fantástico en el que demostró todo su talento (2-0). Acasuso alternaba buenas y de las otras, y esa irregularidad no le permitía poner en jaque el servicio del ruso. Mientras, los juegos pasaban y lentamente se iba desvaneciendo la ilusión de ganar el set. Una nueva luz de esperanza, sin embargo, se encendió en el cierre del sexto game. Chucho cerró el mejor punto del partido con una derecha cruzada, pero lo mejor de la acción había estado un par de golpes antes, con una Gran Willy excelente que evitó la definición de Safin. Ese envión anímico se trasladó al juego siguiente y el argentino logró un break fundamental que dejó el marcador 3-4 y le puso suspenso al parcial. Lamentablemente, la alegría del público visitante duró poco, ya que el ruso aprovechó la falta de primeros servicios de Acasuso y selló el 5-3 en su primera oportunidad de quiebre de ese game. Fue al saque Marat, cerró el set y puso a Rusia a sólo un paso del título. Ya no había margen de error para el misionero. Ambos se mostraron muy fuertes con su saque en los primeros games del cuarto parcial y rápidamente llegaron al 2-2. Safin salió a buscar el quiebre en el quinto juego, ante un rival que no encontraba profundidad en sus golpes. Sin embargo, Chucho sacó pecho en un momento crucial, ganó un punto muy importante en la red y conservó su servicio para mantener la ventaja mínima. El misionero mantuvo esa diferencia y, con el marcador 6-5 a su favor, fue por el break en el duodécimo game. La situación estaba muy clara: ya se había asegurado llegar al tie break y no tenía nada para perder en el juego de saque de su rival. Claro que Safin no dio pasos en falso y forzó el desempate. Arrancaron parejos, pero el ruso logró un valiosísimo mini-break para ponerse arriba 3 a 1. El tremendo saque del europeo era su mejor aliado y apareció en el momento justo (5-2). Con las cosas 5-4, un nuevo ace de Safin trajo un momento de total tensión. Levantó Chucho un match point a puro coraje pero no pudo repetir en el punto siguiente y su derecha murió en la red, junto con la ilusión argentina. El tie break quedó 7-5 para Rusia y el estadio se convirtió en una fiesta. Festejó con todo Safin, dándole a este luchado triunfo el valor que se merece. Las lágrimas en sus ojos lo dijeron todo y al hablar de la ambición de un tenista formidable que apareció cuando su equipo más lo necesitaba. Hay que reconocer la grandeza de Marat, que salió a la cancha en un momento crucial, dejó de lado sus tan comentadas lagunas mentales y le dio a Rusia el título. Hay que reconocer también la grandeza de Acasuso, que dejó todo por Argentina y puso el corazón en lo que fue, ni más ni menos, que el partido más importante de la historia del tenis de nuestro país.

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