1.12.06

Final de la Copa Davis: Rusia 1-1 Argentina

Flaco arranque Chela mostró poquito ante Davydenko y cayó por 6-1, 6-2, 5-7 y 6-4 en el primer punto de la serie entre Rusia y Argentina, en Moscú. Fue la primera victoria del número tres del mundo ante el Flaco, en seis partidos. Parada brava, pese a los pronósticos. Porque Chela tenía enfrente al número tres del mundo, de local para colmo. Y con toda la presión que significaba iniciar la serie de una final de Copa Davis. Indudablemente, la racha positiva del argentino sobre Davydenko (5 a 0, nada menos) jugaba un papel preponderante. Ante este cuadro de situación, la presión estaba repartida. Sin embargo, el jugador local trató de abstraerse de las estadísticas y salió decidido a marcar la cancha. Lo consiguió desde el vamos por algunas virtudes propias y también porque su rival dejó pasar las chances de quiebre que tuvo. No extrañó, entonces, que rápidamente Davydenko se pusiera 3 a 0. Igual, a esa altura parecía un resultado mentiroso. No era lo que reflejaba el trámite. Peloteos largos, muy angulados y profundos. De uno y otro lado. Eso sí, el ruso sacaba tiros (que como el revés cruzado a la carrera) que terminaban marcando diferencias. Pudo haber cambiado el destino del primer set después de que Chela pudo ganar el primer game con su saque. Quedó 1 a 3, pero desde afuera daba la sensación de que tenía tenis para revertir de la desventaja. Su irregularidad siguió siendo una mochila pesada que lo comprometía, sobre todo, en puntos decisivos, esos que se deben ganar en partidos como estos. Davydenko quebró por segunda vez y ahí sí el destino del set estataba escrito. ¿La gente? Vale detenerse ahí. Frío, todo muy frío y no precisamente por el clima de Moscú. En las tribunas no había sensación de que se estaba definiendo la Ensaladera de Plata. Si por momentos hasta los argentinos coparon la parada, con Diego Maradona como abanderado de la hinchada. Cambiar, era la consigna. Pero, ¿cómo hacerlo? Primero y principal, recobrar la calma. Segundo, arriesgar más. Porque a un jugador como el ruso (al de hoy, de un presente impecable) no se le gana sólo con poner la pelota en juego y ver qué pasa. El Flaco arrancó dubitativo y la pasó mal en el primer set. Salió decidido a jugar el segundo y tuvo la primera ventaja del partido. Una señal positiva, al menos, para tratar de dar una vuelta de timón. Pero Davydenko (más tranquilo después del arranque) empezó a golpear la pelota cada vez con mayor profundidad. El nivel del partido creció y hubo puntos que desataron aplausos de los cuatro costados. Ataques frontales del ruso o contras a la carrera del argentino, fueron una constante en ese segundo set que los mostró a ambos bien metidos en el plan de juego que tenían en la cabeza. Quebró Nikolay en el quinto game, después de un ataque furibundo que definió con un smash cruzado. Caras largas de los argentinos en las tribunas y, lógicamente, la felicidad interminable del otro lado. Es que la realidad era una y no entraba discusión: Davydenko se parecía y mucho al Davydenko de la segunda mitad del año en el circuito. Había olor a complicación y se ratificó cuando llegó el segundo quiebre del set. Cosa juzgada, entonces, a favor de un Davydenko que hacía todo muy fácil y enfrente Chela no le encontraba la vuelta al asunto. Venía dura la mano para Argentina. Por el contraste anímico y ni hablar tenístico. Era el día y la noche. Parecía que se iba definitivamente todo en el tercer game, cuando Chela empezó sacando muy errático y enseguida quedó 0 a 30. Había que defender la parada y ahí sí se vio el mejor Chela. Suelto para defender y preciso para contragolpear. Levantó y mantuvo el servicio para sostener la diferencia en el game. ¿Podía cambiar algo? Era la esperanza. En siguiente, Juan tuvo 15-30 y se instaló la sensación de que ya no era lo del principio. De yapa, toda la presión la pasó a tener Davydenko. Muy suelto, en cambio, Chelita cerró con un ace para 4 a 1. Era la hora de ir para adelante y tomar el control. Pero, casi de la nada, volvieron las dudas. El argentino otra vez pegó cortó y nunca subió a la red. Así, en los largos peloteos pagó más de lo que cobró. Quedaron rápido 4 a 4 y el panorama, de cara a la definición, se oscureció. Error, porque el Flaco dio pelea y se encontró con la puerta abierta en el duodécimo game. 6 a 5 arriba y Davydenko en el saque. Puso lo que hay que poner, para quebrar y quedarse con el set. Final abierto, entonces. ¿Y ahora? Miradas de asombro, claro. De uno y otro lado. Pero un duro golpe sintió el argentino en el tercer game, cuando pasó de estar 40 a 0 con su saque a un imprevisto quiebre que lo dejó en incómoda posición. Un detalle de Chela: fue a su silla y lo primero que hicieron fue masajearlo. No estaba bien desde lo físico. Le volvieron a quebrar y el cierre estaba a la vista. Pero cierta indecisión de Nikolay, le prolongó la "agonía" a Chela, quien pese a sus inconvenientes para trasladarse, mantuvo en ese cuarto set el partido abierto. Hasta donde pudo. Sacó 3 a 5 y ahí sus gestos en la cara eran por demás elocuentes. Se recuperó de una situación comprometida con un saque impecable que no volvió. Quedaron 40 iguales, después de una derecha ancha. Caminaba, sí, por la cornisa. Revés de arriba hacia abajo corto que quedó en la red y se produjo el primer match point. Peligro inminente. Nikolay devolvió larga una pelota fácil y todo era tensión en un estadio donde los alientos estaban repartidos. Un revés cruzado tremendo, hizo que Chela apretara su puño en señal de aliento. No se daba por vencido, todavía. 4 a 5 abajo y lo peor es que sacaba Davydenko. Y sin problemas, por méritos propios y por ayuda ajena, se llevó el game y el partido, en poco más de tres horas de juego. Nalbandian le dio una clase a Safin ante su propia gente El cordobés, número uno del equipo argentino, le ganó al ruso con un triple 6-4. La serie ante Rusia queda igualada en uno, luego de la previsible victoria de Davydenko sobre Chela. Mañana a las 8 se jugará el dobles, que será clave. Luego de la previsible derrota de Chela con Davydenko, David Nalbandian no sintió la presión de tener que ganar para igualar la serie con Rusia y venció con claridad a Marat Safin con un triple 6-4. Nalbandian tiene historial adverso frente a su rival. Safin lo venció en seis de las ocho veces que se vieron las caras (Monte Carlo, Roland Garros, Copa Davis y París 2002, Madrid 2004 y US Open 2006). Pero, sin dudas, éste fue el enfrentamiento más importante entre ambos. La serie seguirá mañana desde las 8 con la disputa del dobles, que será fundamental para el desarrollo del test-match. El cordobés dijo, al término del encuentro, que "está a full" para el partido de dobles, en el que estará junto a Agustín Calleri.

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