27.3.07
GUILLERMO CAÑAS:"Quiero volver a estar entre los primeros"
No se la cree. Dice que ganar partidos no lo cambia. Viaja con sus padres y sus amigos son los de siempre. Cuenta que desde que se separó, hace seis meses, está solo.
Una vida de alta competencia y obligaciones. De viajes por el mundo, hoteles, conferencias de prensa. Sin rutinas ni costumbres, pero con entrenamientos extenuantes y el mundo entero pendiente de los resultados. ¿Cómo hace un chico como Guillermo para llevar una vida normal en medio de esta vorágine? ¿Cómo hace, además, para sobreponerse a los malos momentos y volver con todo?
Después de las lesiones, de la suspensión por doping, de tocar fondo, saliste a flote con una fuerza fuera de lo común. ¿Cuál es el motor? ¿La revancha?
No, no siento que sea una revancha. Apenas salió lo del doping en México fue una lucha por buscar la verdad, porque nos enteramos siete meses después de que había pasado. Creo que esa fue mi primera motivación. Se trataba de probar qué pasó. Había que buscar mucha gente. Creo que lo que más me motivó fue el apoyo de la gente. El hecho de pasar un momento muy difícil y salir a la calle y sentirme apoyado fue importantísimo. La gente me decía que no decaiga, que siga igual.
No tenés una carrera fácil: estuviste lesionado largo tiempo, después apareció el doping. ¿Tenés una polenta especial?
Cualquier deportista profesional está propenso a lesiones a lo largo de su carrera, pero sé que lo mío superó los límites normales. Fueron tres grandes parates: las operaciones en la mano, el doping. Fueron momentos muy malos, pero nunca me dejé caer. Creo que me ayudó tener muchas personas al lado que siempre me estuvieron apoyando y levantando.
¿Quienes son esas personas?
Mi familia, mis amigos. Mi ex novia fue muy importante en las operaciones y también en lo del doping.
¿Estuviste mucho tiempo de novio?
Sí, muchísimo, seis años. También fue muy importante mi preparador físico que está hace 14 años conmigo. Es como mi hermano mayor.
Los tenistas a veces se deprimen, como le pasa a Gastón Gaudio; pierden la confianza o tienen ataques de pánico, como tuvo Guillermo Coria. La competencia no es fácil de manejar.
¿Qué cosas te sostienen ante la adversidad?
Las personas que están a mi lado.
¿Hiciste terapia?
Sí, cuatro años. Cada vez que iba, me sentaba, hablaba una hora y me decía: "nos vemos la semana próxima". Creo que nunca habló, no recuerdo haber escuchado su voz.
¿Te escuchaste a vos mismo?
Sí, eso seguro (risas). Con todo lo que hablé, era imposible que no me escuchara. Fue un autoanálisis que sirvió muchísimo.
¿Cómo sos?
Me hacés preguntas durísimas.
¿No te conocés? ¿Cuatro años hablando con el analista que no hablaba?
(Risas). Me conozco pero sé que es difícil para uno verse realmente como es. Muchas aspectos los dejás de ver y otros no son como realmente lo imaginás.
¿Cómo te dicen que sos?
Tengo personalidades diferentes en el trabajo y en mi vida personal. Deportivamente soy muy cabeza dura y exigente. Soy muy responsable en lo que es el tema de mi trabajo. Pero después, afuera, soy completamente diferente: relajado, despistado y muy desordenado. Me da lo mismo dónde esté, cuando estoy con gente que quiero.
Se te ve relajado. Siempre. Incluso en los momentos que estabas suspendido se te veía relajado.
Tuve momentos estresados, me costaba mucho dormir. Por ahí dormía cuatro horas y me despertaba a la noche y pensaba los casos que había habido sobre el doping.
¿Estabas obsesionado?
Sí. Fueron meses muy duros. Fueron momentos complicado, los peores 15 meses de mi vida deportiva y personal.
Pero, ¿aprendiste algo?
El único mensaje que me quedó es que vale la pena luchar por la verdad. Después no hubo otra cosa porque lo que me ocurrió no fue porque hubiera hecho algo malo. (N.de R.: La suspensión inicial fue de dos años y se bajó a 15 meses cuando se demostró que había sido un error médico).
¿Hoy sentís que estás en condiciones de ganarle a los mejores?
Me siento con el deseo de ganarle a los mejores. En estos cinco meses que empecé a competir, fui mejorando. Fue mucho tiempo de estar entrenando para volver. Este momento es increíble, hoy me siento capacitado y creo que me puedo enfrentar y ganarle a cualquiera. Lo único que quiero es volver a estar entre los primeros y lo que más me motiva es poder disfrutar cada vez que entro a la cancha. Después del parate, una de las cosas que más cambié fue poder disfrutar más de lo que hago. Antes había momentos de mucha presión, complicados, y a veces me sobrepasaban. Hoy por hoy, los disfruto.
¿La estás pasando bien?
La estoy pasando muy bien. Es difícil para un deportista disfrutar los momentos de máxima tensión. Si sucede, sucede y sino, pasará otra vez. Eso es lo que más cambié con mi vuelta.
¿De dónde son tus amigos?
De siempre. Tengo cinco o seis mejores amigos; uno desde los seis años, con él hice mi primer viaje a Europa, mi primer torneo profesional lo jugué con él, mi primer torneo de dobles lo gané con él. Martín García. Es mi mejor amigo desde hace muchísimos años, además Maxi, Ariel. Tengo amigos con los que comparto muchísimas cosas desde hace muchísimo tiempo. Eso me llena mucho, más allá de mi familia que es grande. Soy muy familiero. Cuando estoy acá, lo primero que hago es estar con ellos, disfrutar.
¡Qué difícil debe ser estar otra vez en el ranking y no creérsela!
A mí un ranking no me cambia nada. En mi vida personal no cambia si gano dos partidos más, o tres. No he cambiado en los últimos años, seguía haciendo las mismas cosas. No me cambió nada desde que volví hasta hoy que me fue excelente en estos cinco meses.
Hay gente que cuando le va muy bien se la cree.
Muchísimos. No me siento más por haber embocado la pelotita amarilla más que otro. Disfruto diferentes cosas más allá de tener más o menos dinero. Personalmente no me cambió nada.
¿Se acerca gente por interés?
Los ves y sabés. Pero de alertarme eso se encarga la gente que está a mi lado. Confío mucho en la gente que está al lado mío: familia, amigos, grupo de trabajo. Mi entrenador viaja conmigo al 100% de los viajes, mi preparador físico a un 95%. Con mis amigos viajo cuando ellos no trabajan. A mi familia también me la llevo. A mi papá y a mi mamá, casi siempre. Para mí es un placer estar disfrutando con ellos. Para mí fue muy especial que en los últimos años viajaran ellos. Cuando me va bien, creo que disfrutan ellos mucho más que yo.
¿Cómo es vivir en hoteles?
Es un embole. Sí. Odio eso. Es difícil estar todo el año en la habitación del hotel. Trato de alquilar departamentos. Tener un living, una cocina, un televisor. La pasamos mejor. Llegás y compartís la misma casa.
¿Cuánto tiempo vivís viajando?
Trato de que sea el 70%.
¡Guillermo arde tu celular! (N. de R.: Recibe un llamado detrás de otro).
Amo mi Blackberry, es mi novia. Sí, arde porque quiero ver a todos los que quiero y no alcanza el tiempo. Hace cuatro meses que mi novia es mi Blackberry.
¿Y cuánto hace que estás solo?
Hace seis meses.
¿Es poco o mucho después de un noviazgo de seis años?
Depende del momento que esté pasando y del momento del día en que me preguntés (risas). Es poco porque compartí muchísimas cosas. Ella es una persona excelente y la sigo queriendo con todo mi corazón. Pero nos separamos, cada uno siguió su camino y hoy estoy muy tranquilo, solo, y disfrutando de amigos. Sin pareja, algo que no vivía hace mucho.
¿Es extraño?
Sí, no compartir con la persona con la que estuve mucho tiempo es adaptarse a cosas diferentes.
¿Podrán ser amigos o reencontrarse con el paso del tiempo?
No tengo idea qué va a ser de mi vida. No sé cuando la vea qué va a pasar.
¿Pensaste en casarte alguna vez?
Sí. Cuando estábamos conviviendo hace cinco años, es como estar casados, lo hablamos. Estuvo presente la idea en mi cabeza y me sigue pasando.
¿Podrá ser compatible ser de los mejores del tenis y estar casado?
Creo que sí. Hay cosas difíciles, como estar mucho tiempo alejados. Pero creo que se puede estar. Coria es el único que está casado hace mucho. Del resto, la mayoría estamos solteros.
Pudiste ganarle al número 1 del mundo e impedir que alcanzara el récord de 41 victorias seguidas de Guillermo Vilas. ¿Federer es tan bueno como dicen o es un mito?
No es bueno, es buenísimo. Le gané al mejor tenista de la historia. A la gente que le gusta el tenis, está viendo hoy en él lo mejor de todos los tiempos. Lejos.
¿Cómo te sentís para jugar la Davis que arranca la semana que viene?
Tengo muchas ilusiones.
Si no fueras tenista, ¿a qué te dedicarías?
No me veo haciendo otra cosa.
¿Como te ves a los 50?
Hecho bosta. (Risas).
¿En serio?
Sí, gordo. Me encanta comer y me fascina lo dulce. Y sé que cuando deje de jugar voy a empezar a comer cosas dulces. Helados, dulce de leche que es lo que más me gusta. Una de las cosas que voy a hacer cuando deje, es dirigir un equipo de fútbol. En un country, no sé. Quiero tener mis botines, mis medias, mis canilleras, ir con el bolso y jugar. Son cosas que nunca pude hacer. Y comerme todo después del partido (risas).
¿Vas a vivir en Buenos Aires?
Sí, amo Buenos Aires. Y espero vivir en una casa. Mi primer perro va a ser un bulldog, lo estoy deseando hace años. Pero, como te dije, soy demasiado dejado. Creo que voy a necesitar alguien que lo alimente.
Hasta ahora no nombramos ni hijos ni mujer.
Mujer ahora no hay, así que no puedo hablar de eso. Hijos me encantaría, amo los chicos. Por ahora lo más fácil es comer dulces, y después tener el equipo de fútbol. Para el resto hay que esperar un poco más de tiempo.
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