24.5.08

GUILLERMO CORIA:"Daría lo que sea por jugar esa final y perderla como la perdí"

El Mago quiere volver al centro de la escena y revivir el match del 2004. Debuta con Robredo. Hubiera sido bueno que no te tocara Robredo en 1ª ronda? -Nooo, mejor. Me da lo mismo, no estoy pensando en Robredo porque tampoco me fijé en que me tocara un buen cuadro, no busco ganar el torneo. Yo tengo más por ganar que por perder. Si juego mal o saco como el culo, van a decir que es más de lo mismo. En cambio, si ando bien... Simplemente quiero repetir lo que vine haciendo durante las últimas semanas, el nivel que tuve. Si llego a jugar así, me tengo mucha fe. Ni hace falta preguntarle cómo está. Si basta verle la sonrisa que le rasga los ojos, esa sonrisa que es toda la cara. Hasta la gorrita dada vuelta se le ríe hoy. Se le ríe también Juan Martín Aranguren, quien lo acompañó en el entrenamiento, cuando lo escucha decir que "no busca ganar". "¡Cómo que no!", lo amonesta. Y vuelve a reírse Guillermo Coria porque se da cuenta de que está mucho más cerca de aquel Mago de hace cuatro años que de éste de tiempos menos lejanos que había perdido la magia hasta volverse casi una caricatura de sí mismo. Acaba de terminar una hora de entrenamiento, con Aranguren exigiéndolo y con Carla, su mujer, observándolo con atención desde un costado de la cancha del Suzanne Lenglen. "Estoy contento porque hace tres semanas no me imaginaba acá, y la verdad es que esto es una alegría grande. No llego en mi mejor momento, está claro, pero los recuerdos me motivan y me provocan sensaciones impresionantes. -Bueno, también hay recuerdos dolorosos, como la final perdida. -¿Sabés lo que daría hoy por jugar esa final y volver a perderla? Daría cualquier cosa por repetirla y volver a perderla como la perdí. Porque la verdad es que todos sueñan con jugar la final. Así es que vine acá porque quería volver a sentir todo lo que alguna vez había sentido. -Bueno, estás acá también porque el nivel mejoró. -Sí, por supuesto. Después de Barcelona paré, porque sentí que había llegado mal, sin prepararme, así que aproveché para atender algunas cuestiones personales y ya cuando volví para el challenger de Dinamarca estaba mucho mejor. Sobre todo desde la motivación, porque me había llamado el director del torneo para invitarme, para decirme que me quería ahí, y entonces uno también asume una responsabilidad y un compromiso de no fallar. Y gané un partido contra un chico que no tenía ranking porque recién empieza pero que es muy bueno, y tiene buen futuro en la ATP. Y después, en Marruecos, jugué mejor que... Mirá, no te voy a decir mejor que cuando era 3 del mundo, porque en ese momento tenía una regularidad, pero sí fue lo mejor en mucho tiempo. Saqué fuerte y bien, y con Gicquel jugué en buen nivel y se me escapó por poco en el tie-break. Perdí buscando el partido, siendo más agresivo, que es la idea que tenemos con Martín (Rodríguez, su coach). -¿Cómo se explica que pasaste de como estabas a esta felicidad que se te ve en la cara? -Y,hubo cambios, hubo cambios. Sobre todo de actitud, de la cabeza. Si tenés algunas dudas y encima no le ponés ganas, esas dudas se refuerzan. La verdad, antes de estas semanas hubo challengers en los que sentí vergüenza de estar en la cancha, porque estaba defraudando a los directores del torneo, que me habían invitado, pero sobre todo porque me estaba defraudando a mí mismo. Así que empecé a replantearme algunas cosas. Y sé que si quiero, vuelvo rapidísimo. Lo que necesito es entrenarme, porque tampoco llego a Roland Garros de la manera que a mí me hubiera gustado. -¿Y la gente, cómo te trata? -Espectacular, me siento como si estuviera jugando el ATP de Buenos Aires. Voy a buscar las credenciales y me saludan, me preguntan cómo estoy... En el hotel, todo genial también. Y cuando salimos a comer, los mozos me reconocen, la gente me pide autógrafos... Estoy viviendo lo mismo que me tocó las otras veces. Y me siento vivo, con muchas ganas. -Digamos entonces que dentro de la alegría por tu levantada, el contrapeso es River... -Y sí. Tengo contacto con varios jugadores, por ahí hablo con Rosales o con Augusto, y sé que ellos quieren sacar adelante esto como sea. Tanto o más que los hinchas. Lo de Ahumada me dolió, claro, pero lo rebanco y lo perdono porque no lo dijo un tipo que viene de Europa sino él, que yo sé que es hincha de River. Lógico que también entiendo a la gente. Que a Boca le vaya como le va tampoco ayuda, pero bueno... Ojalá se pueda ganar el campeonato. -¿Y el campeonato del tenis también? ¿Cómo ves la Davis? -Yo creo que Rusia no va a ser fácil, son todos puntos parejos, los singles y el doble. Aunque es cierto que de local tenemos más chances. ¿Cuánto tiempo esperamos esta posibilidad de jugar en casa? Yo jugué casi todo de visitante. De local, apenas un match. -Antes decías que hace tres semanas ni te imaginabas estar acá. ¿No te ilusionás ni un poquito con la Davis? -Sí, me ilusiono, es una de mis grandes motivaciones. De hecho, espero que este partido contra Robredo me sirva para ver cómo respondo a la exigencia. Sé que es difícil lo de la Copa por lo mío y por cómo están los demás: yo jugué muy poco, y no es lo mismo un challenger que jugar cinco sets por un Grand Slam. Pero claro que espero que esto me sirva para que lo vea Luli (Mancini). -Ese es tu sueño. -No, hoy, mi sueño es jugar el primer partido como jugué en Casablanca.

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