6.1.06
Guillermo Coria, sobre su mala fama: “Son todos falsos o yo muy tonto”
El "Mago" se defendió de las acusaciones que lo señalan como el “chico malo” del tenis. El chileno Fernando González lo había definido como “el jugador menos querido del circuito”. El santafesino admitió también que la Davis le produjo “un bajón terrible". "Debo cambiar si quiero apuntar a cosas grandes", dijo.
A la hora de hacer un análisis sobre su rendimiento en 2005, el tenista argentino Guillermo Coria confesó que cuando se terminó la Copa Davis, la cual había planteado como meta, “se produjo un bajón terrible". Además, se defendió de las acusaciones que lo señalan como el tenista "menos querido del circuito".
"Desde la operación no paré. Me entrené y me entrené para estar diez puntos y me exigí demasiado. Dejé de tener la garra y el hambre de gloria de siempre. No me dolían las derrotas. Y eso que a mí ni siquiera me gusta perder un set. Perdí eso. Lo analicé y me di cuenta en las vacaciones. Estuve mal y debo cambiar si quiero apuntar a cosas grandes", admitió.
Coria, número ocho del ranking ATP, mantuvo en Venado Tuerto, Santa Fe, consideró que el pasado fue el año más importante, por cómo arrancó el año tras la artroscopia en el hombro derecho: “Ya venía mentalizado que iba a terminar 20° o 30° del mundo. Pero en el Abierto de Australia, les gané a Berdych y a Ferrero, y después perdí con David (Nalbandian) en cuatro sets, exigiéndome demasiado”.
“Tal vez la equivocación fue, no estando coordinado, haber hecho tantas cosas. Pero no es lo mismo terminar afuera que dentro de los ocho mejores. Y eso, en el fondo, es bueno. Lo que me desilusionó fue no haber ganado un partido en el Masters”, admitió, en una entrevista realizada por el diario La Nación.
Consultado sobre lo mejor que vivió deportivamente en 2005, Coria eligió “la Copa Davis”. Y agregó: “Lo de Australia fue espectacular, histórico y muy lindo. Formé parte del equipo que le ganó a Australia por primera vez como visitante (4-1). La actuación de David ante Hewitt fue increíble. El dobles fue bueno, también. Y eso fue lo más fuerte del año. En lo personal, lo mejor fue Umag: gané un torneo cuando menos lo esperaba. No tenía ganas de ir y lo terminé ganando”.
A su actuación en Roma, tal vez un punto de quiebre en la temporada, la calificó de “espectacular”. “Perdí con Nadal por apenas dos puntos. Demostró que les ganó a todos y no a mí. Lo más grave, en realidad, fue la falta de ganas que tuve desde Bratislava (la serie con Eslovaquia) hasta el Masters”, explicó.
El santafesino tiene la imagen de “chico malo” debido a sus gestos y duelos dialécticos con algunos rivales, caso Hewitt, Massú, Agassi en 2005. “Se habla demasiado por la fama, pero hay otros jugadores que hacen varias cosas seguidas, pero como tienen otra imagen, no pasa nada. Si yo salgo a matar a un jugador como lo hizo Fernando González conmigo, se va a hablar más de mí que de él”, argumentó.
Precisamente el tenista chileno no tuvo las mejores calificaciones sobre el argentino, a quien tildó de “el jugador menos querido del circuito”. ”Se le soltó la cadena en Madrid. Si tiene un problema conmigo no es necesario hacerlo público en la prensa; mucho más si pasa por delante de mí, en el vestuario, y no me dice nada. O son todos falsos o yo soy muy tonto. La gente que me viene a decir: mala suerte, suerte o bien jugado, estará actuando. Pero no me siento para nada discriminado”, se defendió.
Coria reconoció que el ambiente del tenis es complicado. “Cuando volví de las vacaciones, me encontré con e-mails de los periodistas en los que me preguntaban si iba a dejar a Perlas para entrenarme con Martín Rodríguez. Alguien tira un rumor como lo de los dopings y se termina pensando que todo puede ser verdad. Hay gente que no es sincera y te das cuenta que se habla mucho por detrás. Por eso, yo hago la mía”, concluyó.
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