28.3.06

Chela se metió en octavos y Coria se despidió de Miami

Fue la noche del adiós para Guillermo Coria aquí en Key Biscayne. Perdió con el belga Olivier Rochus 6-4 y 6-3 en una hora y veinte minutos, y anoche mismo voló hacia Ezeiza, en donde aterrizará hoy por la mañana. Después llegó el turno de Juan Ignacio Chela, que en una hora 34 minutos se deshizo del belga Kristof Vliegen por 6-3 y 7-6 (7-3 en el tie break), y se sumó a Agustín Calleri y a David Nalbandian en los octavos de final. Hoy le toca el estadounidense James Blake, que superó al francés Sebastien Gosjean. Coria sabía que tenía una parada difícil ante un rival ante quien había perdido las dos veces en las que se habían enfrentado, sobre el césped de Wimbledon en 2003 y en Auckland 2005. Es más, no le había podido sacar siquiera un set. Por eso ya tenía el pasaje reservado para anoche mismo el Mago. Y cayó ante un rival que lo fue erosionando a partir del quiebre en el estratégico séptimo game del primer set. "Olé, olé, olé, olé, Coooria, Coooria", gritaban con todas las ganas cinco adolescentes, que a cada rato le pedían "miranos, dale..." Pero Coria sólo vio cómo se le fue escurriendo un partido en el que por momentos metió esos golpes ofensivos que pretende para volver a ser el de antes y por momentos fue gobernado por el desconcierto. Cometió seis doble faltas (la primera bola del partido fue una de ellas), aunque está claro que no perdió por ello sino porque se encontró con un rival que, como dijo el propio Coria, "conmigo se agranda y juega siempre por sobre su nivel". Pese a la derrota, Coria (que de paso afirmó anoche que más allá de que le encantaría volver a integrar el equipo de Copa Davis, "si Argentina da el batacazo en Croacia, para mí deben seguir los mismos para la semifinal, equipo que gana no se toca"), quedó conforme: "Más vale que no me gusta perder a nada, pero estoy tranquilo. Sabía que iba a ser un partido muy difícil. Me encontré con un jugador muy sólido, yo no estaba para nada fino, había mucho viento pero me voy contento porque estoy recuperando la actitud que tenía antes. Lo importante era venir, competir y volver a agarrar confianza de a poco". Después de 44 minutos, Rochus se quedó con el primer parcial, y el segundo lo resolvió más rápido: en 36 minutos. "Yo no me fijé mucho cómo estaba el rival —indicó Coria— traté de volcar todo lo que venía entrenando, de ser agresivo, por eso me fui bastante a la red, pero bueno, no estuve coordinado. Cometí varios errores no forzados (25, sólo uno más que su rival), de a ratos el partido fue muy feo, pero la idea era jugar de la línea de base para adelante y sin importar el resultado, ir aprendiendo lo que me están enseñando". Apenas hasta el fin de semana se quedará Coria en la Argentina ya que tiene previsto volver a encontrarse el lunes con su nuevo entrenador, el español José Higueras, en Palm Springs, California. "Me estuve fijando en las estadísticas de algunos partidos y hay jugadores que cometen 8 o 10 doble faltas y por ahí no se habla de ellos porque no venían con el antecedente de las doble faltas. Pero hasta Federer las hace, todos las hacemos..." Claro, llegó aquí con ese karma, en su debut ante Novak Djokovic no cometió ni una doble falta, y la producción de anoche en general (incluido el saque) quedó a mitad de camino entre la oscuridad de los últimos tiempos y el rendimiento pretendido. Es más, a la hora de enfocar el costado positivo de su presencia en el Nasdaq (un torneo al que no quería asistir y al que finalmente lo hizo por sugerencia de Higueras), Coria rescató que Rochus "me presionó todo el tiempo, jugó muy bien, recordemos que fue el único que le sacó un set a Federer y perdió ahí nomás el otro día en Indian Wells. Por lo menos perdí jugando a algo, antes estaba muy perdido dentro de la cancha". Chela, por su parte, se mostró agresivo y efectivo ante Vliegen a quien ya le había ganado en la única vez que habían estado frente a frente, en el Abierto de Australia 2004. Buscaba las huellas de Nalbandian y Calleri para ver la luz de los octavos de final. Y la vio. Por suerte, los convocados de la Davis, siguen avanzando.

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