El efecto Copa Davis llegó hasta el Buenos Aires Lawn Tennis Club. Su camino —desde Villa Soldati a Palermo— fue arrastrando no solo furor por el tenis, sino también triunfos. Porque el fin de semana en el parque Roca hubo victorias sin parar y en el martes de la Copa Telmex, también. Entonces José Acasuso, Agustín Calleri y Juan Ignacio Chela, tres de los elegidos por el capitán Alberto Mancini para la serie con Suecia, atraparon victorias para avanzar a los octavos de final.
A última hora Chucho Acasuso volvió a confirmar ante el español Albert Montañés —a quien venció por 6-1 y 6-3—, su excelente momento en el circuito y también recordó todo lo bien que le va en el Buenos Aires. Los siete triunfos seguidos que traía en polvo de ladrillo (con título incluido en Viña) hablaban de su buena racha. Además venía de debutar con éxito en la Davis y de seguir su romance con el público porteño, que lo vio finalista aquí en 2001 y semifinalista en 2004 y 2005.
Su inicio fue bárbaro. Ganó el duelo desde el fondo, sacó muy bien y cada drive suyo viajaba con muchísima potencia. Si hasta se dio el lujo de un par de toques al ladito de la red. Quebró dos veces y set al bolsillo en 24 minutos. Cuando con una media palomita quebró en el séptimo game del segundo, la balanza se volcó para su lado. El punto levantó al público y a su ya enorme autoestima. En la próxima jugará con Martín Vassallo Argüello.
Por la tarde, la bandera blanca con letras rojas que estuvo colgada en Parque Roca el sábado alentando a Calleri (cuando jugaba el dobles junto a David Nalbandian) decía ayer en la tribuna lateral del Buenos Aires: "Gordo, pasión argentina, nunca dejes de pegar". Y Calleri pegó duro en la cancha central. Todo le resultó más que sencillo al principio y algo más normal, al final. Venció al francés Florent Serra por 6-0 y 6-4 en un muy buen nivel. Ese set inicial, donde fue una maquinita, metía aces, tiros ganadores y derechas impresionantes. La justeza de sus golpes, unida a la potencia, hacían del riocuartense un jugador incontrolable. Y todo eso en escasos 16 minutos. Además, vale decirlo, el francés no acertaba ni con la cancha libre. Por ejemplo en el 5-0 el argentino había ganado 20 puntos y su rival, 4.
En el segundo set, Serra fue lo más parecido a un jugador de tenis y Calleri bajó la intensidad de su juego. Por eso el europeo quebró en el quinto game. No le importó a Calleri que recuperó rápi do y se despegó hasta el triunfo que selló con una gran devolución. Al cordobés lo espera en octavos de final el costarricense Juan Antonio Marin o el rumano Razvan Sabau, que juegan hoy, y curarse de un fuerte resfrío. "El primer set lo jugué bien y en el segundo erré dos derechas y él se vino arriba. Pero siempre estuve muy focalizado", explicó Calleri cuando analizó su victoria. Sobre su malestar físico, en tanto, agregó que: "me agitaba mucho y no había aire para mí".
Después, y también con un clima muy caluroso, Chela sobrellevó muy bien jugar en la central aunque llegó a estar en desventaja de 2-3 y con el saque del peruano Luis Horna, quien, debido a un dolor en la rodilla derecha, debió abandonar al finalizar el primer set que ganó el argentino 7-6 (7-1). Chela, en ese lapso, quedaba muy atrás de la base y dejándole la iniciativa a Horna que no jugó nada bien en el tie break, con evidentes molestias en su rodilla. El peruano había mostrado dificultades físicas cuando pidió trainer en el segundo game.
Al Flaco que dirige Roberto Azar le toca el italiano Potito Starace, que en la madrugada del lunes venció al tandilense Juan Mónaco 6-3 y 6-3. "En un momento me puse nervioso porque no podía despegar en el resultado y él estaba mal físicamente", comentó Chela. Pero claro, tuvo tiempo para soñar: "Me gustaría jugar la final", dijo.
15.2.06
Calleri, Chela y Acasuso: el envión de la Copa Davis
Para los argentinos fue una jornada mucho más positiva que la del lunes, ya que se registraron cuatro victorias en otras tantas presentaciones.
El efecto Copa Davis llegó hasta el Buenos Aires Lawn Tennis Club. Su camino —desde Villa Soldati a Palermo— fue arrastrando no solo furor por el tenis, sino también triunfos. Porque el fin de semana en el parque Roca hubo victorias sin parar y en el martes de la Copa Telmex, también. Entonces José Acasuso, Agustín Calleri y Juan Ignacio Chela, tres de los elegidos por el capitán Alberto Mancini para la serie con Suecia, atraparon victorias para avanzar a los octavos de final.
A última hora Chucho Acasuso volvió a confirmar ante el español Albert Montañés —a quien venció por 6-1 y 6-3—, su excelente momento en el circuito y también recordó todo lo bien que le va en el Buenos Aires. Los siete triunfos seguidos que traía en polvo de ladrillo (con título incluido en Viña) hablaban de su buena racha. Además venía de debutar con éxito en la Davis y de seguir su romance con el público porteño, que lo vio finalista aquí en 2001 y semifinalista en 2004 y 2005.
Su inicio fue bárbaro. Ganó el duelo desde el fondo, sacó muy bien y cada drive suyo viajaba con muchísima potencia. Si hasta se dio el lujo de un par de toques al ladito de la red. Quebró dos veces y set al bolsillo en 24 minutos. Cuando con una media palomita quebró en el séptimo game del segundo, la balanza se volcó para su lado. El punto levantó al público y a su ya enorme autoestima. En la próxima jugará con Martín Vassallo Argüello.
Por la tarde, la bandera blanca con letras rojas que estuvo colgada en Parque Roca el sábado alentando a Calleri (cuando jugaba el dobles junto a David Nalbandian) decía ayer en la tribuna lateral del Buenos Aires: "Gordo, pasión argentina, nunca dejes de pegar". Y Calleri pegó duro en la cancha central. Todo le resultó más que sencillo al principio y algo más normal, al final. Venció al francés Florent Serra por 6-0 y 6-4 en un muy buen nivel. Ese set inicial, donde fue una maquinita, metía aces, tiros ganadores y derechas impresionantes. La justeza de sus golpes, unida a la potencia, hacían del riocuartense un jugador incontrolable. Y todo eso en escasos 16 minutos. Además, vale decirlo, el francés no acertaba ni con la cancha libre. Por ejemplo en el 5-0 el argentino había ganado 20 puntos y su rival, 4.
En el segundo set, Serra fue lo más parecido a un jugador de tenis y Calleri bajó la intensidad de su juego. Por eso el europeo quebró en el quinto game. No le importó a Calleri que recuperó rápi do y se despegó hasta el triunfo que selló con una gran devolución. Al cordobés lo espera en octavos de final el costarricense Juan Antonio Marin o el rumano Razvan Sabau, que juegan hoy, y curarse de un fuerte resfrío. "El primer set lo jugué bien y en el segundo erré dos derechas y él se vino arriba. Pero siempre estuve muy focalizado", explicó Calleri cuando analizó su victoria. Sobre su malestar físico, en tanto, agregó que: "me agitaba mucho y no había aire para mí".
Después, y también con un clima muy caluroso, Chela sobrellevó muy bien jugar en la central aunque llegó a estar en desventaja de 2-3 y con el saque del peruano Luis Horna, quien, debido a un dolor en la rodilla derecha, debió abandonar al finalizar el primer set que ganó el argentino 7-6 (7-1). Chela, en ese lapso, quedaba muy atrás de la base y dejándole la iniciativa a Horna que no jugó nada bien en el tie break, con evidentes molestias en su rodilla. El peruano había mostrado dificultades físicas cuando pidió trainer en el segundo game.
Al Flaco que dirige Roberto Azar le toca el italiano Potito Starace, que en la madrugada del lunes venció al tandilense Juan Mónaco 6-3 y 6-3. "En un momento me puse nervioso porque no podía despegar en el resultado y él estaba mal físicamente", comentó Chela. Pero claro, tuvo tiempo para soñar: "Me gustaría jugar la final", dijo.
El efecto Copa Davis llegó hasta el Buenos Aires Lawn Tennis Club. Su camino —desde Villa Soldati a Palermo— fue arrastrando no solo furor por el tenis, sino también triunfos. Porque el fin de semana en el parque Roca hubo victorias sin parar y en el martes de la Copa Telmex, también. Entonces José Acasuso, Agustín Calleri y Juan Ignacio Chela, tres de los elegidos por el capitán Alberto Mancini para la serie con Suecia, atraparon victorias para avanzar a los octavos de final.
A última hora Chucho Acasuso volvió a confirmar ante el español Albert Montañés —a quien venció por 6-1 y 6-3—, su excelente momento en el circuito y también recordó todo lo bien que le va en el Buenos Aires. Los siete triunfos seguidos que traía en polvo de ladrillo (con título incluido en Viña) hablaban de su buena racha. Además venía de debutar con éxito en la Davis y de seguir su romance con el público porteño, que lo vio finalista aquí en 2001 y semifinalista en 2004 y 2005.
Su inicio fue bárbaro. Ganó el duelo desde el fondo, sacó muy bien y cada drive suyo viajaba con muchísima potencia. Si hasta se dio el lujo de un par de toques al ladito de la red. Quebró dos veces y set al bolsillo en 24 minutos. Cuando con una media palomita quebró en el séptimo game del segundo, la balanza se volcó para su lado. El punto levantó al público y a su ya enorme autoestima. En la próxima jugará con Martín Vassallo Argüello.
Por la tarde, la bandera blanca con letras rojas que estuvo colgada en Parque Roca el sábado alentando a Calleri (cuando jugaba el dobles junto a David Nalbandian) decía ayer en la tribuna lateral del Buenos Aires: "Gordo, pasión argentina, nunca dejes de pegar". Y Calleri pegó duro en la cancha central. Todo le resultó más que sencillo al principio y algo más normal, al final. Venció al francés Florent Serra por 6-0 y 6-4 en un muy buen nivel. Ese set inicial, donde fue una maquinita, metía aces, tiros ganadores y derechas impresionantes. La justeza de sus golpes, unida a la potencia, hacían del riocuartense un jugador incontrolable. Y todo eso en escasos 16 minutos. Además, vale decirlo, el francés no acertaba ni con la cancha libre. Por ejemplo en el 5-0 el argentino había ganado 20 puntos y su rival, 4.
En el segundo set, Serra fue lo más parecido a un jugador de tenis y Calleri bajó la intensidad de su juego. Por eso el europeo quebró en el quinto game. No le importó a Calleri que recuperó rápi do y se despegó hasta el triunfo que selló con una gran devolución. Al cordobés lo espera en octavos de final el costarricense Juan Antonio Marin o el rumano Razvan Sabau, que juegan hoy, y curarse de un fuerte resfrío. "El primer set lo jugué bien y en el segundo erré dos derechas y él se vino arriba. Pero siempre estuve muy focalizado", explicó Calleri cuando analizó su victoria. Sobre su malestar físico, en tanto, agregó que: "me agitaba mucho y no había aire para mí".
Después, y también con un clima muy caluroso, Chela sobrellevó muy bien jugar en la central aunque llegó a estar en desventaja de 2-3 y con el saque del peruano Luis Horna, quien, debido a un dolor en la rodilla derecha, debió abandonar al finalizar el primer set que ganó el argentino 7-6 (7-1). Chela, en ese lapso, quedaba muy atrás de la base y dejándole la iniciativa a Horna que no jugó nada bien en el tie break, con evidentes molestias en su rodilla. El peruano había mostrado dificultades físicas cuando pidió trainer en el segundo game.
Al Flaco que dirige Roberto Azar le toca el italiano Potito Starace, que en la madrugada del lunes venció al tandilense Juan Mónaco 6-3 y 6-3. "En un momento me puse nervioso porque no podía despegar en el resultado y él estaba mal físicamente", comentó Chela. Pero claro, tuvo tiempo para soñar: "Me gustaría jugar la final", dijo.
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