17.2.06
Eso no se le hace a un amigo
Acasuso aplastó a Vassallo Argüello, su compinche. Hoy, en duelo de bombarderos, va con Calleri (TyC Sports a las 16).
Comparten anécdotas y códigos. Cada uno tiene el número del celular del otro grabado en su agenda, así como también el contacto en los programas de chateo por computadora. Se llaman para los cumpleaños y se pueden felicitar con un largo abrazo al concluir un partido, como lo hicieron anoche ante 6.500 personas en el Buenos Aires Lawn Tennis, por los octavos de final de la Copa Telmex. En un tenis competitivo como el actual, no es fácil tener amigos en el circuito, pero José Acasuso y Martín Vassallo Argüello conservan esa relación desde la época que se entrenaban juntos en Tenis Point, con Alejandro Cerúndolo como jefe de entrenadores, y compartían el arduo camino de los torneos menores.
Mientras Chucho pudo "meterse", como se dice en el ambiente sobre el tenista que viaja regularmente por los torneos ATP y ya no debe preocuparse de más por el billete, Vassallo todavía está tratando. El jugador de Temperley ya cruzó la barrera de los top 100 (95ø en 2004) pero hoy figura 204ø. Con su coach Leonardo Olguín y la colaboración de Horacio de la Peña y el chileno Fernando González, quiere pegar un salto mayor al anterior. "No estaba acostumbrado a esto. El viernes, cuando me anoté en la clasificación, cumplí 26 años y pedí tres deseos: ganar los tres partidos y entrar al cuadro principal. Lo logré y eso ya fue una alegría enorme", le contó Martín a ESPN. Ante Olé, se había definido como "el embajador del tenis pobre esta semana", el representante de todos los que la pelean en torneos sin grandes premios ni repercusión.
Acasuso, hoy, nada en la abundancia de su tenis. Campeón de Viña del Mar, debutante exitoso en la Davis, perdió apenas un set de los últimos 20 que disputó, contando el cómodo 6-3 y 6-1 de anoche ante Vassallo Argüello. El comienzo fue equilibrado. Con el poder del saque, ambos mantenían la paridad. El de Acasuso venía con la violencia de siempre; el de Vassallo Argüello, con un molesto kick, especialmente al revés. Además, con su variedad se las ingeniaba para complicar con pelotas bajas al revés.
El cambio ocurrió en el sexto juego, cuando Acasuso bajó las revoluciones, se equivocó menos e impuso su peso y velocidad de pelota. Vassallo Argüello sintió el golpe y descargó su bronca con el línea por una pelota dudosa, pero el que se terminó desconcentrando fue el misionero. Perdió su saque y lo pudo recuperar al game siguiente. Desde allí, ya no hubo espacio para las sorpresas. En total, Acasuso cedió apenas nueve puntos en ocho games de servicio. El cierre fue con una doble falta de Martín.
Un poco trillada la recomendación, pero vale para este encuentro: vaya con casco o armadura, porque volarán misiles... hoy a las 16, cuando choquen Chucho y Agustín Calleri (1-0 para el Gordo por Basilea 2002). El que pase será el único argentino con posibilidades de jugar la final, con la familia entera como testigo.
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