Coria debe recuperar la alegría perdida

Con el efecto de una cascada, la eliminación de Guillermo Coria en la tercera ronda del Abierto de Australia derivó en el corte de la relación con José Perlas. En cierto sentido, la ruptura fue una sorpresa ya que hasta fines de 2005 el tenista mostraba con orgullo la constitución de un verdadero equipo de trabajo con el español como cabeza de un grupo también integrado por el preparador físico cordobés Javier Capitaine, el fisioterapeuta colombiano Iván Gutiérrez y, a la distancia, el médico español Angel Cotorro. Es más, durante dos semanas de diciembre Coria había estado concentrado en un apart hotel frente al mar utilizando las cuatro superficies de cemento del Cariló Tennis Ranch como centro de entrenamiento con la colaboración de Mariano Hood y Martín García y la compañía de sus afectos familiares. Todo parecía ser perfecto hasta que el francés Grosjean lo dejó afuera de Melbourne demasiado pronto. Hoy Coria se entrena en sus canchas de Venado Tuerto con la ayuda de Diego Moyano (852º en el ranking, con una amplia experiencia en el circuito) y de Capitaine. Lo hace esperando su reaparición en la Copa Telmex y estudiando, sin apuro, quién será el reemplazante de Perlas. La alternativa de Martín Rodríguez fue desechada por el propio ex doblista, quien no desea moverse de Chile para estar junto a su esposa y su bebé. Coria busca un entrenador reconocido en el circuito y la mira está puesta en un estadounidense. Pero nadie de su entorno quiere ampliar sobre el tema aunque el séptimo jugador del mundo podría inclinarse por un técnico part time, que lo acompañe en los grandes torneos como Francisco Mastelli hace con David Nalbandian o el australiano Tony Roche con Roger Federer. El objetivo de ésto sería tomar un poco de aire del tenis para volver a sentir la alegría de jugar, algo que indudablemente el rufinense perdió en los últimos tiempos más allá de sus problemas con el saque. Tener su cabeza puesta en otras cuestiones es el objetivo que se plantearon quienes hoy están más cerca suyo. Esa, dicen, es la manera de recuperar el tenista que Coria no pudo olvidar ser.