2.4.07

Cañas no pudo coronar su gran torneo ante Djokovic

Perdió la final ante el serbio por 6-3, 6-2 y 6-4. Dio pelea pero no logró doblegar la fortaleza y la precisión del europeo, aunque demostró que su tenis es de primer nivel. Ahora subirá al puesto 31° del ranking. Qué cerca estuvo Guillermo Cañas de cerrar con un broche de oro una de las mejores semanas de su vida. Y, sin embargo, qué meritorio y digno habrá sido en su derrota, que nadie se animará a reprocharle nada. No cualquiera es capaz de viajar sin escalas de la qualy a la final de un Masters Series. Aunque tropiece en el último paso. Willy, pese a haber tenido descanso ayer, sintió tempranamente el cansancio de tantas batallas anteriores en su partido ante Novak Djokovic. El serbio, en tanto, lo superó con una exquisita precisión y una entereza mental infranqueable. Y en los mínimos instantes en que todo eso faltó, la fortuna también estuvo de su lado. El primer set ya arrancó complicado para el argentino. En el cuarto game, se despachó en discusiones con el umpire por un foot foul, y terminó cediendo el game con su saque para quedar 3-1 abajo. Ese juego fue fatal, porque desde entonces Djokovic desplegó su mejor nivel, se acercó a la red con propiedad y demostró toda su solidez. El parcial terminó 6-3 para el europeo. En el segundo, Cañas seguía firme en su estilo, empezó a sentir el desgaste, jugó mucho desde el fondo y apostó a los errores del serbio, pero estos rara vez llegaban y los games seguían sucediéndose sin cambios. En el quinto game, Djokovic volvió a quebrar para ponerse 3-2, y el sexto fue clave. Después de interminables iguales y break points, el europeo sacó la ansiada ventaja, que impactó duramente en el temperamento del de Tapiales: en el séptimo cedió de nuevo su servicio. Pese a levantar un 0-40 cuando Djokovic sacaba para set, volvió a fallar en la puntada final. Y ya estaba dos parciales abajo. Todo se emparejó en el tercero, pese a que Cañas ya no era el mismo de siempre. No podía buscar las bolas con tanto ímpetu, y además lo aquejó una molestia en la pierna izquierda. En el noveno, aún con paridad, llegó el quiebre de Djokovic que definió lo poco que restaba su favor. Enseguida, el 6-4 final ya era un hecho. Cañas, no obstante, atinó a sonreír en el momento de saludar a su vencedor, el ganador más joven del torneo de Key Biscayne, con sus 19 años. La risa le sentaba bien a Willy, quien sabe que una caída no empañará el brillo de su regreso al tenis grande. Ascenderá del puesto 55° al 31° en el ranking. Habrá nuevos desafíos. Y nadie podrá quitarle lo bailado.

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