7.10.05
El tenis argentino vuelve a estar bajo la lupa
Luego del dóping de Mariano Hood y la probable confirmación del de Mariano Puerta en Roland Garros, los ojos de la ley y las críticas del mundo del deporte vuelven a posarse sobre nuestras raquetas. El número de casos crece entre lamentos e hipótesis de complot. ¿Culpables o inocentes?
Si Mariano Puerta reconoce las acusaciones lanzadas por L’Equipe, los casos de dóping en tenistas argentinos serían siete en los últimos cuatro años. Todo indicaría que, por estas horas, tal posibilidad parece andar en la nebulosa, luego de que el tenista cordobés negara enfáticamente la versión e iniciara las gestiones para entablarle una demanda al diario francés, quien llegó a tildarlo de mentiroso. Sin embargo, pese a que finalmente logre el objetivo de comprobar su inocencia, ¿podrá limpiar la imagen del tenis argentino?
Nada caprichosos, los antecedentes marcan que los dos últimos casos no juegan otro papel que ser la confirmación de una realidad. Luego de que Juan Ignacio Chela abriera la lista negra en abril de 2001, cuando se le detectó el consumo de metiltestosterona (esteroide anabólico que aumenta la masa muscular) y cumplió una pena de tres meses de suspensión, se sumaron Guillermo Coria (en diciembre de 2001 fue suspendido por siete meses por ingesta de nandrolona. Luego se lo declaró inocente), Martín Rodríguez (en septiembre de 2002 fue advertido por exceso de cafeína. No fue suspendido), el propio Puerta (en octubre de 2003 fue suspendido por nueve meses por habérsele detectado clenbuterol, una sustancia con la que trataba el asma) y Guillermo Cañas (en agosto recibió dos años de suspensión por haber tomado un diurético). El zurdo será investigado por un presunto consumo de etilefrina durante su participación en la última edición de Roland Garros, donde cayó en la final ante Rafael Nadal, mientras que Hood ya reconoció haber ingerido finasteride, un producto utilizado en tratamientos capilares.
Mientras el clamor popular se queja de un complot contra los tenistas compatriotas (el 73,2% de los votantes en la encuesta publicada por Tycsports.com asegura la existencia de una persecución), desde el mismo ambiente local se reclama una fuerte autocrítica, una toma de conciencia y una mayor inversión en equipos de trabajo capaces de brindar seguridades para la prevención.
Hay versiones que aseguran que en el libro Tennis off the record, el sueco Magnus Norman asegura que en 2003 le dio positivo a Andre Agassi y se lo cubrió. Al margen de los presuntos privilegios del primer mundo, ¿es posible que a un deportista se le detecte científicamente una sustancia que nunca ingirió? ¿Cuál será el verdadero remedio para este mal?
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