18.12.05

Llegó la hora del adiós

El argentino Franco Squillari, alguna vez número 11 del mundo, anunció su retiro del tenis profesional durante la Copa Argentina Recorrió por última vez el túnel que lo llevó al court central del Buenos Aires Lawn Tennis Club, y también por última vez levantó los brazos y saludó al público, que le devolvió un aplauso cerrado. A continuación tomó el micrófono y anunció que abandonaba el tenis profesional. Y entonces sí, Franco Squillari pasó a ser un ex jugador. El argentino fue uno de los abanderados del resurgir del tenis de su país y uno de los pioneros de la "Legión Argentina". Llegó a ser número 11 del mundo en el 2000, el año de su mejor actuación en un Grand Slam: semifinalista de Roland Garros. Pero no pudo mantener su nivel y a partir del año siguiente comenzó su paulatino descenso en el ránking. UNA DECISION DE LARGO ALIENTO Squillari eligió la disputa de la Copa Argentina de Tenis para hacer oficial el anuncio de que se retira del circuito, una decisión que venía analizando hace tiempo. En el receso entre los dos partidos de semifinales, conversó con la prensa sobre los motivos y el momento para anunciar su decisión, y repasó todo lo relacionado con su carrera tenística. "No fue una decisión que haya tomado de un día para el otro", explica Squillari. "Cada vez se me hacia mas dificil mantenerme en el nivel que quería y ya lo venía meditando hace un tiempo". "Lo que me ayudó a decidirme fue lo que me pasó el año pasado", continúa. "Tuve que jugar todas las qualys, incluso de 13 pasé 10, pero después en primera o segunda ronda me encontraba con jugadores que venian en gran nivel, y entonces no sumé los puntos que necesitaba para conseguir el objetivo que me había planteado, que era volver a estar entre los mejores 50 del mundo". Squillari también tuvo tiempo de acordarse de quienes más lo apoyaron: "Empecé a jugar por mi viejo, el era socio de Deportes Racionales. Y siempre, a lo largo de mi carrera, tuve cerca a mi familia. Uno siempre se apoya en ellos, en los momentos buenos pero sobre todo en los malos". Y continuó contando que "ahora me voy a dedicar a ellos, a establecerme en el país, algo que hace tiempo tenía pensado, y a pasear y a recorrer que me encanta". De cualquier manera, Squillari piensa que seguirá ligado al tenis: "Es lo que sé hacer y lo que más conozco. Sé que voy a seguir en el deporte y espero que se me abran muchas posibilidades". LOS BUENOS Y LOS MALOS MOMENTOS Squillari dice que su carrera le dejó grandes alegrías: "Logré cosas que, cuando empezaba a jugar, jamás hubiera imaginado. Llegar a número 11 del mundo, hacer semis de un Grand Slam, ganarle a los mejores del circuito". ¿Y en cuanto a las amarguras? "Me quedó la espina con la Copa Davis, de no haber podido ascender al Grupo Mundial en la serie ante Eslovaquia (en 1998). Y después, cuando ya estábamos entre los mejores, en su momento consideré que debería haber estado en el equipo, pero eso ya es pasado". Al recordar lo que destacó como "el mejor momento de mi carrera", las semifinales de Roland Garros en el 2000, Squillari también intentó comprender lo que sucedió a continuación. "En el 2001, cuando tuve que reconfirmar lo hecho el año anterior, no pude repetir", explica. "Me tocó una generación de jugadores durísimos en tierra, y no sumé, y en canchas rápidas siempre me costó mucho más". Justamente, su poca adaptación a las superficies rápidas fue parte principal de su autocrítica para encontrar los motivos por los cuales no llegó más lejos. "Si en su momento me hubiese dado cuenta de hacia dónde iba el tenis, quizás hubiese mejorado mi juego en canchas rápidas y hubiera subido más en el ránking. Me sentia muy limitado en mi calendario". "Tenía que planear el año para jugar en tierra y entonces tenía mucha presión por sumar en esos torneos", agregó. "Curiosamente, en canchas duras empecé a jugar mejor en los últimos años, y tuve buenas victorias, pero sin conseguir grandes resultados". El zurdo rescató algo de cada entrenador que tuvo: "Cada uno me dejó recuerdos muy positivos, tanto en lo deportivo como en lo humano; esto último fue algo que siempre prioricé a la hora de elegir a un entrenador". Pero a la hora de quedarse con alguno, se acordó de Horacio de la Peña: "El fue quién realmente me eñseñó a jugar al tenis - yo tenía condiciones y no las podía explotar, pero con él realmente hice un cambio". También contó que no hizo verdaderas amistades en el tenis: "Amigos, realmente amigos no me llevo debido a lo competitivo que es el circuito", explicó. "Pero con los de aquí, siempre tuve buena relación con todos, cuando jugamos la Copa Davis jamás hubo un problema". SOBRE LA LEGION Squillari, justamente, fue contemporáneo de muchos de los jugadores que hoy integran la "Legión Argentina", y para ellos tuvo palabras de elogio. "No se puede decir mucho más de lo que está a la vista", para luego subir aún más la apuesta: "Esta es la mejor camada de la historia del tenis argentino, y me animaría a decir de la historia del tenis mundial". A la hora de elegir al mejor tenista argentino de la actualidad, Squillari intentó ser diplomático. Pero comienza por David Nalbandian: "Tiene todas las condiciones; incluso, creo que en la Copa Masters todavía no llegó a su techo y puede darle a Argentina mucho más, como un título de Grand Slam o ganar la Copa Davis". Pero también se acordó de Coria y de Gaudio: "Guillermo tiene una mentalidad ganadora increíble, vive para ganar. Y Gastón ha demostrado en estos últimos años que suma resultados de manera regular y que, cuando se lo propone, puede llegar muy lejos". Por último, Squillari no tuvo problemas en admitir por qué no se despidió del tenis disputando la Copa Argentina, a la que había sido invitado: "La verdad es que ya el año pasado me ofrecieron estar, y como llegaba saturado dije que no. Y esta vez, hace casi tres meses que no jugaba, y con el nivel que vienen mostrando los chicos, hubiese pasado papelones".

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