Un año de penas y glorias

David Nalbandian se llevó el Masters de Shanghai y argentina festejó un título muy importante, pero Mariano Puerta y Guillermo Cañas sufrieron duras sanciones por doping y la temporada se cerró de manera nefasta. Por otra parte, Gastón Gaudio fue el más ganador y Guillermo Coria, el más regular. Además, se sumó una nueva frustración en la Copa Davis. El 2005 fue un año agridulce para el tenis argentino: varios integrantes de la Legión ganaron torneos importantes y lucharon entre los diez mejores durante toda la temporada, pero se produjeron inesperados y dolorosos casos de doping que quedarán en la historia y otra vez hubo frustración en la Copa Davis. David Nalbandian. El unquillense se transformó en ídolo a partir de su estruendoso triunfo en el Masters de Shanghai, donde derrotó en la final al suizo Roger Federer, número uno del mundo y quien sólo perdió cuatro partidos en la temporada. Esa victoria lo catapultó hasta el sexto lugar del ranking y lo colocó entre los grandes candidatos a pelear por un Grand Slam en 2006, uno de sus objetivos. Además, su capacidad para jugar en cualquier superficie le permite soñar con un puesto entre los tres mejores del planeta. David se quedó con el trofeo de Munich y llegó a los cuartos de final del Abierto de Australia, del US Open y Wimbledon. Cerró con 44 victorias y 19 caídas. Mariano Puerta. Tristeza, amargura, incredulidad. El mundo del tenis se conmovió el 21 de diciembre al enterarse de la suspensión por ocho años que recibió el cordobés por un doping positivo (etilefrina) en Roland Garros. Luego de dejar atrás otra sanción, Puerta le había dado una vuelta de tuerca a su carrera a partir del ATP de Buenos Aires, donde recibió una invitación y llegó a la final. Luego, el campeón de Casablanca fue el inesperado finalista del Abierto parisino, certamen que quedó en poder del español Rafael Nadal. Además, el de San Francisco avanzó del puesto 132 del sistema de entradas al 13. Pero todo se desmoronó en un abrir y cerrar de ojos: la Federación Internacional (ITF) le aplicó una durísima pena, aunque reconoció que el argentino no quiso sacar ventaja deportiva. En un par de semanas podrá apelar. Guillermo Cañas. La otra noticia negra fue la suspensión de dos años (hasta el 7 de junio de 2007) para el de Tapiales por un doping en Acapulco, cuando se encontraba entre los diez mejores del planeta. El propio jugador confirmó que se trataba de un diurético, aunque siempre se proclamó inocente. Entre el 15 y el 20 de enero, Willy acudirá a la audiencia en el Tribunal Arbitral del Deporte (TAS), en Suiza, para luchar por una reducción de su pena. Luego deberá esperar tres semanas para conocer el resultado. Gastón Gaudio. Fue el más ganador de los argentinos en la temporada. No consiguió un título de magnitud como el Masters (llegó a semis), pero tuvo un comienzo arrollador sobre polvo de ladrillo. Festejó en Gstaad, Kitzbuhel, Viña del Mar, Buenos Aires y Estoril. El de Temperley, que en 2004 se consagró en Roland Garros, terminó como diez del mundo y con la satisfacción de mantenerse entre los mejores. Guillermo Coria. Para el Mago fue un año muy positivo a pesar de haber ganado sólo un título. Es verdad que las dos temporadas pasadas fueron muchos mejores en cuanto a logros, pero el de Rufino debió afrontar a comienzos de 2005 una situación complicada (volver a confiar en su hombro derecho luego de una operación) y salió adelante. Se consagró en Umag y llegó a la final de los Masters Series de Roma y Montecarlo. Además, fue el único argentino que se clasificó directamente para Shanghai. Copa Davis. La cuenta pendiente sigue siendo la Ensaladera de plata. En esta temporada, el sueño se esfumó con la visita a Eslovaquia, donde el equipo nacional luchó contra una superficie demasiado rápida y muy cómoda para Dominik Hrbaty y compañía. Pero hubo avances importantes con respecto a otros años: se pudo formar un grupo y con ese afrontar todas las series, se le ganó a Australia en césped y se apostó por la continuidad del capitán Alberto Mancini, a pesar de la derrota. El 10 de febrero, ante Suecia, Argentina comenzará a recorrer el camino nuevamente.