23.11.05

DAVID NALBANDIAN:"Quiero estar entre los tres mejores"

El flamante campeón del Masters llegó a Buenos Aires, voló a Córdoba y luego se fue de pesca al Sur. "En el 2006 pretendo un Grand Slam", dijo David Nalbandian. Curiosidades del destino, el lunes anterior al comienzo del Masters, David Nalbandian recibió un llamado desde Shangai. "No, dejen de joder, de suplente a China no voy, ya tengo el bolso armado y me voy de pesca con mis hermanos", reveló su contestación el unquillense, en la reunión con la prensa ayer, después de su regreso al país. David confesó incluso que "por momentos quería que Andy Roddick jugara. Aunque si me iba al Sur y él se bajaba del Masters, me mataba. Mejor no pudo haber salido". —¿Esto puede marcar un punto de inflexión en tu carrera? —Eso nunca se sabe, pero puede ser. Es un torneo importante que me da mucho empuje, ganas y motivación de acá en adelante. Recién llego a la Argentina y es como que aún no caí, todavía no sé bien lo que pasa, pero de a poco me voy dando cuenta de la magnitud de lo que conseguí. —¿Ahora cambiás tus objetivos para el 2006? —Seguro, tengo otras expectativas para ese año. Sé que juego bien contra los de arriba, con los top y me abre más caminos, porque ahora quiero ganar Masters Series y también algún Grand Slam. Otro objetivo será estar entre los tres mejores del ranking. Para llegar a número uno hacen falta muchas cosas, no es tan fácil como se lo ve a Federer. Hoy, estamos todos buscando lo mismo. —¿Soñabas que tu primer torneo grande llegara de esta forma tan particular? —Sinceramente, no. Jugar la final de un Masters contra el mejor del mundo y ganar así es increíble. Para colmo, por momentos, en el tercer set, estaba muerto, se me acalambraban los isquiotibiales, los cuádriceps para sacar... Estaba un desastre. Pero mentalmente estuve presente todo el tiempo. Si me dan a elegir, prefiero ganar fácil en tres sets, sin sufrir. —¿Cómo hacés para complicar tanto a Federer? —Nos conocemos mucho, desde los 16 años que nos vemos las caras siempre. Le devuelvo muy bien y le neutralizo el saque. También le varío sobre el revés, le juego una pelota alta, una plana, aunque reconozco que cada vez le molesta menos. —¿En algún momento pensaste que se te escapaba? —Sí. En el 6-5 y 30-0 del quinto parcial, pensé ''chau, estoy listo''. Además estuve dos sets abajo, era duro. Había perdido ahí nomás, con puntos muy cerrados. Ojo, antes, con el 4-0 a mi favor en el quinto, también dije ''chau, lo gano''. Pero Roger demostró por qué es el mejor y se recuperó. Cuando estaba por terminar, por dentro me decía ''si lo pierdo, me mato''. El es fantástico. Cuando terminó el encuentro hablábamos de lo buena que fue la final, me contaba que el tobillo le había respondido sin problemas. —¿El partido de la ronda inicial en que jugaste tan bien lo tomaste como experiencia? —Sin dudas. Pero eran partidos distintos, porque Federer en las finales juega de manera excelente, no pierde nunca, juega mejor que en otros partidos. Nos conocemos mucho, cada uno sabe bien los movimientos del otro. También me ayudó haberle ganado tan fácil a Ivan Ljubicic, ahí me di cuenta de que estaba para más. Distendido y de muy buen humor, Nalbandian llegó ayer muy temprano a Ezeiza y de ahí se trasladó rápidamente al Hotel Sheraton, donde atendió a la prensa antes de irse a Córdoba: "Me voy volando porque a la noche me voy a pescar al Sur. Obvio, ahora no lo iba a posponer por nada del mundo". —¿Sentís que hoy estás más liberado o quizá más tranquilo? —Seguro. Tal vez me saqué un peso de encima. De todas maneras, cuando llegue la hora del Abierto de Australia voy a querer ganarlo, y así con todo. Una vez que avanzás, te metés en cuartos de final, en una semi, lo único que querés es ganar.

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