21.9.05

¿Es hora de la Argentina?

Ex tenistas y entrenadores hablan sobre las chances del equipo nacional en la Davis con Infobae.com. Coinciden en que más temprano que tarde, esta formación ganará la Ensaladera. Un nuevo desafío se acerca para la historia del tenis argentino. Reto que el curso de los acontecimientos se encaprichó para que los más grandes jugadores que dio el país delegaran, en manos de esta generación, el testamento de éxitos sin coronación dispuesto a probar el sabor de la gloria. El grupo conformado por Guillermo Coria, David Nalbandian, Mariano Puerta y Gastón Gaudio es, casi sin discusión, el mejor equipo que alguna vez haya tenido la Argentina. Al menos, si se mide en cuanto al ranking. Sin embargo, la ilusión va mucho más allá de ese escalafón: los jugadores argentinos demostraron adaptarse a distintas superficies. Mientras el equipo argentino de Copa Davis ultima detalles de cara a su enfrentamiento con Eslovaquia, que arrancará el viernes en Bratislava, ex tenistas y jugadores en actividad analizan las posibilidades de la formación que capitanea Alberto Mancini. En la voz de los expertos A varios kilómetros de la fría Bratislava y en diálogo con Infobae.com, Hernán Gumy fue uno de los tantos especialistas que examinó las posibilidades de la Legión de hacerse por vez primera de la ansiada Ensaladera de Plata: "Creo que es un buen momento para que la Argentina gane la Davis, aunque si no es en este 2005, va a estar cerca en los próximos años". En cuanto al choque de semifinales contra Eslovaquia, Gumy, que disputó 14 partidos de Copa Davis, resaltó: "Arrancar bien el viernes, con un 2-0 por ejemplo, sería muy importante. Lo mismo que obtener el dobles, ya que la carga anímica que genera ese punto es fundamental. Incluso contra Australia fue uno de los más importantes". Por su parte, Javier Frana coincidió en que "si no es ahora, será en el corto o mediano plazo" que la Argentina ganará la Davis. "Hrbaty no va a ser fácil”, subrayó el ganador de una medalla olímpica de bonce en Barcelona 92. Pero su análisis giró más en torno a lo que significa la Argentina, al margen de su rival y la superficie: "Es un equipo temible, que te predispone mal y que impone respeto. Incluso es más difícil que Suiza, que tiene a Federer pero no un equipo tan compacto como éste de la Argentina o el de Australia". Gabriel Markus, entrenador que llevó a Nalbandian a la final de Wimbledon en 2002, consideró en diálogo con Infobae.com que "hay grandes chances de ganar” y que “ésta serie contra Eslovaquia tiene lindos partidos para jugar, a pesar de la superficie o la frialdad del público". "La clave puede estar en los dos partidos con Beck, mientras que el doble va a estar difícil. Después, Nalbandian le puede sacar un punto a Hrbaty. De cualquier manera, creo que la Argentina va a ganar", sentenció Markus, único argentino que logró vencer a Pete Sampras. Argentinos y eslovacos tiene un único precedente histórico, el que midió a ambos conjuntos en la ronda de clasificación del Grupo Mundial de 1998. El duelo se jugó en Buenos Aires, sobre polvo de ladrilo y el triunfo fue para el conjunto europeo, liderado por el entonces número uno eslovaco, Karol Kucera, y Hrbaty. Una caricia a la gloria El antecedente en donde la Argentina estuvo tan cerca como hoy de ganar la Davis fue con la irrupción de Guillermo Vilas en 1970, cuando cambió para siempre la manera de ver el tenis y, de igual modo, de encarar ese certamen. Junto a José Luis Clerc alcanzó las semifinales de 1977 (derrota ante Australia) y 1980, cuando superaron 4-1 a Estados Unidos con victoria sobre el invicto John McEnroe en cuartos y derrota posterior con la Checoslovaquia de Ivan Lendl. El 1981 se escribió la página más gloriosa de la historia nacional. La Argentina llegó por primera y única vez a la final de la Davis y, en Cincinnati, cayó dignamente frente a Estados Unidos. Con Vilas retirado de la competición, el año 1985 sería testigo del descenso a la zona sudamericana, y haría esperar hasta 1990 por otro momento de gloria, cuando Alberto Mancini (actual capitán del equipo) y Martín Jaite llevaron a la Argentina a otra semifinal, donde cayó en el césped 5-0 frente a Australia. Un nuevo descenso en el 92 prolongaría por diez años la ausencia en Primera. El ascenso en 2002 precipitaría una época de éxitos. Ese mismo año, la Argentina accedía a las semifinales (cayó con Rusia), al igual que en 2003 (España). Un hecho particular une dos momentos claves: en 1980 explotaba la química Vilas-Clerc y al año siguiente la Argentina llegaba a la final. En 2004 se produjo un quiebre a partir de la renuncia –casi forzada- de Gustavo Luza a la capitanía del equipo. Hoy, un año después y con algunos nombres repetidos, cuatro hombres tienen la misión de completar un sueño histórico.

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