22.9.05
Mariano Puerta: "Ganamos, sin dudas"
El finalista de Roland Garros, un agudo analista de su deporte, se mostró convencido de las posibilidades argentinas ante Eslovaquia; a pesar de ser el N° 10 del mundo, admite sin problemas que no tiene lugar en los singles.
Hay algo que caracteriza a Mariano Puerta en su versión 2005, más allá de haber resurgido y haberse consagrado finalista en Roland Garros: es su notable sinceridad a la hora de las respuestas. Sucedió en París, durante el camino hacia el inolvidable partido con Rafael Nadal; pasó en Sydney, en su regreso al equipo de la Copa Davis, cuando siempre se lo vio convencido de las posibilidades argentinas. Y también ocurre ahora, en Bratislava, de cara a la semifinal con Eslovaquia, que arrancará mañana, en la carpeta de acrílico del Sibamac Arena National Centre.
“Ganamos, sin dudas. Estoy tan seguro porque tenemos dos comodines que son David [Nalbandian] y Guillermo [Coria]. Vos los ves jugando y son espectaculares; los veo entrenar y no encuentro cómo se les puede ganar”, dice, en una recorrida por el centro de la capital eslovaca con LA NACION.
–Es bastante curioso que lo digas vos, que sos el N° 10 del mundo. Es decir, que aceptes con tanta madurez la situación, siendo parte de la mejor formación de la historia.
–Para mí es terrible, pero el juego es así. Peor están los otros. Imaginate lo que es estar en un vestuario y que del otro lado haya cuatro tipos entre los once del mundo. Pensarlo, nada más, te intimida. Nosotros venimos con el envión de ganarle a Australia y ya nos miran distinto. Por más que nos pongan una superficie rapidísima, pueden perder.
–¿En serio no provoca algún resquemor? Gaudio fue campeón de Roland Garros; este año, vos llegaste a la final…
–No, está todo bien. Yo ni me animo a jugar acá ante el nivel de ellos. Queremos que la Argentina gane la Copa Davis y sabemos que Guillermo y David están para hacer un papel mejor que nosotros. Entonces, está todo perfecto. Ahora sí, en polvo de ladrillo creo que el capitán tendría un lindo dilema. Estoy seguro de que Luli [Mancini] se agarraría la cabeza y diría: “¿A quién pongo?”. Acá está todo claro.
–¿Se habló del tema?
–Yo siempre supe que venía a jugar el dobles. Y a sumar, porque me encanta ser parte de este equipo. Con el dobles también podés ganar un punto para la Argentina. No importa cómo se logre: yo quiero darle los puntos a mi equipo.
–¿Cómo ves el dobles?
–Muy bien, pero no será fácil quebrar saques. Creo que vamos a jugar varios tie-breaks. Pero si yo comparo los entrenamientos de acá y de Australia, con el partido que jugamos con Hewitt y Arthurs, puedo decirte que el nivel cambió bastante. Por los puntos es otra cosa. Ahora sí sabemos que tenemos que jugar de manera muy segura nuestros games de saque. Acá hay que ganar los servicios.
–Por lo que decís, no es imposible ganar la Copa Davis.
–No, la posibilidad es grande. Hoy puedo decir que al equipo lo veo bárbaro para ganar esta serie. En lo interno, el clima es buenísimo. Ahora, la final con Croacia o con Rusia puede ser durísima.
–En tu caso, después del partido con Australia, ¿la presión es mayor?
–Es la misma que tuve en cualquiera de las otras series que jugué. La mejor presión es representar a la Argentina. Yo lo único que sé es que queremos pasar a la final. Hay que ganar, ése es mi lema.
–¿Cuánto le serviría al tenis argentino la conquista de la Davis?
–Sería un envión grosso, algo impresionante. Creo que el tenis se está haciendo más popular en la Argentina.
–Igualmente, con varios títulos de Grand Slam logrados, nuestro país no cuenta con un centro como el de Eslovaquia, por ejemplo.
–Sí, lo que pasa es que en la Argentina les gusta invertir el dinero en otras cosas. No se apuesta al deporte. Fijate: ocupamos un lugar importante en el tenis del mundo, pero ninguno de nosotros hace una publicidad en la Argentina.
–¿Creés que los casos de doping pueden afectar esa imagen?
–De ninguna manera. Porque se sabe que todos los casos no fueron doping. La palabra doping es horrible: suena muy fuerte. Por ejemplo, mi caso no lo fue. Cuando yo me defendí le decía al tribunal si se daban cuenta de que no era doping. Y lo de Cañas hasta lo que yo sé no es doping, la sustancia que salió no mejora el rendimiento. ¿De qué doping estamos hablando? Me parece que las cosas no están bien hechas. Pero bueno, volviendo a lo que me preguntaste, no creo que el doping afecte la publicidad.
–¿Y entonces, por qué no se da?
–Porque prefieren, tal vez, hacerlas con modelos. Pensarán que les saldremos mucho dinero. Nosotros estamos en la semifinal de la Copa Davis y no hay un sponsor para el equipo, por ejemplo. No sé qué pasa.
–¿Cuáles son las sensaciones que tienen ustedes cuando juegan un torneo en el exterior?
–En mi caso, después de Roland Garros todo es distinto. Voy a los torneos y me ponen en canchas centrales. Antes iba caminando y era un espectador más. Ahora me piden autógrafos y fotos. La historia cambió bastante.
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